21 de enero de 2014

MUNDO GRANDE

No, mi corazón no es más grande que el mundo.
Es mucho más pequeño. 
En él no caben ni mis dolores.
Por eso me gusta tanto contarme a mí mismo 
por eso me desvisto, por eso me grito,
por eso frecuento los diarios, 
me expongo crudamente en las librerías:
necesito de todos.
Sí, mi corazón es muy pequeño. 
Sólo ahora veo que en él no caben los hombres.
Los hombres están aquí afuera, están en la calle. 
La calle es enorme. Más grande, mucho más grande
de lo que yo esperaba. 
Mas en la calle tampoco caben todos los hombres.
La calle es más pequeña que el mundo. 
El mundo es grande.
Tú sabes como es grande el mundo.
Conoces los navíos que llevan petróleo y libros, carne y algodón. 
Viste los diferentes colores de los hombres,
los diferentes dolores de los hombres, 
sabes cómo es difícil sufrir todo eso, amontonar todo eso
en un solo pecho de hombre... sin que estalle. 
Cierra los ojos y olvida.
Escucha el agua en los vidrios tan calmada. No anuncia nada. 
Sin embargo, se escurre en las manos,
¡tan calmada! va inundando todo... 
¿Renacerán las ciudades sumergidas?
¿Los hombres sumergidos -volverán? 
Mi corazón no sabe.
Estúpido, ridículo y frágil es mi corazón. 
Sólo ahora descubro cómo es triste ignorar ciertas cosas.
(En la soledad de individuo 
desaprendí el lenguaje
con que los hombres se comunican).
Otrora escuché a los ángeles, las sonatas, los poemas, 
las confesiones patéticas.
Nunca escuché voz de gente. En verdad soy muy pobre. 
Otrora viajé por países imaginarios, fáciles de habitar,
islas sin problemas, no obstante exhaustivas 
y convocando al suicidio.
Mis amigos se fueron a las islas.
Las islas pierden al hombre. 
Sin embargo algunos se salvaron y trajeron la noticia
de que el mundo, el gran mundo está creciendo todos los días, 
entre el fuego y el amor.
Entonces, mi corazón también puede crecer. 
Entre el amor y el fuego,
entre la vida y el fuego,
mi corazón crece diez metros y explota. 
-¡Oh vida futura! nosotros te crearemos.




Carlos Drummond de Andrade (Itabira, Brasil, 1902-Río de Janeiro, 1985
FOTOGRAFÍA


Cuando mi madre posó
para éste que fue su único retrato,
apenas consintió en tener la sienes curvas.
De todos modos, hay un deseo de belleza en su rostro
que una doctrina dura ha contenido.
La boca es conspicua,
pero las orejas se muestran.
El vestido es negro y cerrado.
El temor de Dios circunda su semblante,
como una cadena. Luminosa. Pero cadena.
Sería un retrato triste
si no viese en sus ojos un jardín.
No de aquí. Pero jardín.






Adelia Prado



(Traducción: Claudia Schvartz 
y Fernando Noy)

16 de enero de 2014

VIENDO A LA GENTE ANDAR


Juan Gelman y Macarena

Viendo a la gente andar, ponerse el traje,
el sombrero, la piel y la sonrisa,
comer sobre los platos dulcemente,
afanarse, correr, sufrir, dolerse,
todo por un poquito de paz y de alegría,
viendo a la gente, digo, no hay derecho
a castigarle el hueso y la esperanza,
a ensuciarle los cantos, a oscurecerle el día,
…………………………………………………………viendo, sí,
cómo la gente llora en los rincones
más oscuros del alma y sin embargo
sabe reír y sabe andar derecho,
viendo a la gente, bueno, viéndola
tener hijos y esperar y siempre
creer que van a mejorar las cosas
y viéndola pelear por sus riñones,
…………………………………………….digo gente,
qué hermoso andar contigo
a descubrir la fuente de lo nuevo,
a arrancar la felicidad,
a traer el fruto sobre el lomo, hablar
familiarmente con el tiempo y saber
que acabaremos y de una buena vez por ser dichosos,
qué hermoso, digo, gente, qué misterio
vivir tan castigado
………………………..y cantar y reír,
…………………………………………….¡qué asunto raro!

Por: Juan Gelman (Tomado de "Violín y otras cuestiones)

14 de enero de 2014

SIEMPRE

          Siempre
Iremos más lejos sin avanzar jamás

Y de planeta en planeta
De nebulosa en nebulosa
El don Juan de mil tres cometas
Sin moverse siquiera de la tierra
Busca las nuevas fuerzas
Y toma en serio a los fantasmas

Y se olvidan tantos universos
Cualesquiera que sean los grandes olvidadizos
Quién sabrá hacernos olvidar tal o cual parte del mundo
Dónde está el Cristóbal Colón a quien se le deberá el olvido
   de un continente

                            Perder
Pero perder verdaderamente
Para dejar sitio al hallazgo
                                        Perder
La vida para hallar la Victoria

GUILLAUME APOLLINAIREItalia-1880
De “Caligramas"


13 de enero de 2014

EL HUMO DE LA CANTINA
ES COMO LA NOCHE QUE LLEGA

El humo de la cantina es como la noche que llega
Con voz aguda o grave el vino sangra por todas partes
Yo saco mi pipa despreocupado y contento entre mis camaradas
Ellos partirán conmigo para los campos de batalla
Dormirán de noche bajo la lluvia o las estrellas
Galoparán conmigo llevando a la grupa las victorias
Obedecerán conmigo a las mismas órdenes
Escucharán atentos las sublimes marchas
Morirán cerca de mí y acaso yo cerca de ellos
Sufrirán conmigo a causa del frío y del sol
Son éstos unos hombres que conmigo beben
Obedecen conmigo a las leyes de los hombres
Miran a las mujeres que pasan por los caminos
Las desean pero yo tengo amores más elevados
Que reinan sobre mi corazón mi cabeza y mis sentidos
Y son mi patria mi familia y mi esperanza
Yo soldado enamorado soldado de la dulce Francia


GUILLAUME APOLLINAIREItalia-1880
De “Sombra de mi amor”

9 de enero de 2014

QUÉ PASA



Monto la guardia en el polvorín
Hay un perro muy gentil en la garit
Hay conejos que corretean por el páramo
Hay heridos en la sala de guardia
Hay un brigada que pinza la nariz de los que roncan
Hay una carretera en cornisa que domina hermosos valles
Hay árboles floridos que dan color a la primavera
Hay ancianos que discuten en los cafés
Hay una enfermera que piensa en mí ante la cabecera de
   su herido
Hay grandes barcos sobre el mar revuelto
Hay mi corazón que late como un director de orquesta
Hay zepelines que pasan por encima de la casa de mi madre
Hay una mujer que toma el tren en Baccarat
Hay artilleros que chupan caramelos acidulados
Hay alpinistas que acampan bajo los morabitos
Hay una batería del 90 que dispara a lo lejos
Hay muchos amigos que mueren a lo lejos


GUILLAUME APOLLINAIREItalia-1880
De “Poemas encontrados

6 de enero de 2014

             ESCOGE LOS GRANDES PECADOS

Los caminos de un hombre atormentado, no encuentran las
claves de vivir en libertades.
Abandonado al pasado y descontento por las buenas
acciones que desencadenan las penas más abruptas, vuelve
a la soledad de sus ensueños, donde ni el bien, ni el mal
son fuerzas para el tiempo.
Desea vivir sin disimular las pasiones que acosan su mente
incandescente.
Escoge los grandes pecados, la inocencia de conocer que
esconde lo prohibido.
La insatisfacción no encuentra medida, desaforado juego
para tanto desierto.
El sensual paraíso cada vez está más lejano.
Ni el oráculo responde a la imaginación inquieta de un hom-
bre atormentado, por no encontrar definitivamente la belleza
del mundo entre sus manos.
Evidencia poética, expresividad del genio en la aparente
exactitud de su contenido.
Origen obedeciendo con finalidad otros designios, donde to-
das las razones fracasan frente al sueño.
Magia del silencio, olvidando tu sexo en el encuentro.
Solo la soledad deja de ser su enemiga.
Ella es como la leña para el fuego o el agua para los cam-
pos secos.
Teniendo alas para el recorrido, nadie corre detrás nuestro.


LUCIA SERRANO (del libro “MÍSTICA DEL CAOS” 

2 de enero de 2014

FELIZ JUEVES MUSKHIL, AMIGOS DEL CORAZON!!!!!!


INTACTA TRADICIÓN

Inquietante deseo quieto sobre la arena,
pétalo frágil sobre mi piel felina,
luz bestial deteniendo el tiemmpo,
oro azul imposible de tallar,
pájaro alborotado por el vuelo,
fotografía de una magia jamás vista.
Gritos de libertad
colándose entre imposibles.

Ningún temblor fracasa.

Razones plenas de libertad,
danzan entre nubes encendidas.
Este amor, nos lleva mas lejos
que todos los vientos de la muerte.
Más allá del placer,
no espera respuestas,
anda a tientas,
sin planes,
como si la vida misma fuese su guía.
Intacta tradición,
insistiendo ser,
su perfecto estilo.

LUCIA SERRANO "BLUES PARA LA CORONA"

GRATITUD - OLIVERIO GIRONDO



Gracias aroma
azul,
fogata
encelo.

Gracias pelo
caballo
mandarino.

Gracias pudor
turquesa
embrujo
vela,
llamarada
quietud
azar
delirio.

Gracias a los racimos
a la tarde,
a la sed
al fervor
a las arrugas,
al silencio
a los senos
a la noche,
a la danza
a la lumbre
a la espesura.

Muchas gracias al humo
a los microbios,
al despertar
al cuerno
a la belleza,
a la esponja
a la duda
a la semilla
a los toros
a la siesta.

Gracias por la ebriedad,
por la vagancia,
por el aire
la piel
las alamedas,
por el absurdo de hoy
y de mañana,
desazón
avidez
calma
alegría, nostalgia
desamor
ceniza
llanto.

Gracias a lo que nace,
a lo que muere,
a las uñas
a las alas
las hormigas,
los reflejos
el viento
la rompiente
el olvido
los granos
la locura.

Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango,
sonido.
Gracias piedra.
Muchas gracias por todo.
Muchas gracias.

Oliverio Girondo