No lo busques detrás de los cristales,
que es ardua la historia
y fue sepultada allá en Alejandría.
El rey murió sólo, caminando,
una tarde bajo el aroma cruel
de sus jardines insensatos.
Te fatiga la ausencia
y deseas encontrar un puerto nuevo
en medio de la selva
lunática y febril de tu memoria.
No te inquietes si es tarde
y ya no llega.
No le pidas al viento
que sacrifique su rumbo
para ayudarte a encontrarlo.
El rey te está esperando,
sereno, tranquilo, ansioso
de que llegues desnuda
hasta su puerta,
sólo hambre y sed por sus palabras
que guarda para ti,
bajo sus ojos de luz,
en la penumbra ciega de tu sombra.
Lucía Serrano
que me siga esperando, primero porque no quiero reyes y segundo porque me gusta la vida!
ResponderEliminarun beso y muy bueno!