Es así mi tiempo, todo un juego
donde vuelan los pájaros que nunca veo.
Y esta semblanza de niña
preocupada por el futuro incierto,
ya no tiene la fuerza que anhelaba,
ya no cabalga montañas
empinadas,
ya no tiene caballo
aguardándola.
Nunca volaron los pájaros que yo
miraba.
Estoy cansada, agotada de más
por tanto volar alrededor de una almohada.
Cama de los residentes en el
cielo.
El odio los dejó vivir sin agua,
sin amantes ciertos.
Todo pasaba.
Solo quedaron las flores
disecadas,
los experimentos inmóviles y
obsoletos,
los absurdos razonamientos,
los inventos.
Sin sueños posibles de soñar,
todo era un infierno en llamas.
Vuelan los pájaros, pero no los
que yo veo.
Esta quietud tan antinatural,
se la debo a dios,
que me invitó hace mucho tiempo,
a vivir con él, a su lado, en el
cielo.
Lucía Serrano (del libro inédito REVIENTE)
Felicidades Lucia, me ha encantado este bellisimo
ResponderEliminarpoema. Saludos afectuosos Pilar.
Dura servidumbre la del tiempo de los sueños, de las ilusiones, de la vida que pasa, para ver luego cómo se estanca en la espera que nos vacía por dentro.
ResponderEliminar