Te sacrificaré doncella
y haré con tu sangre
un altar que tendrá
el poder de tu grandeza.
El tiempo aliviará
los días sin sol,
la luna forjará
pedacitos de estrellas,
y nunca más habrá
cenizas eternas.
Manantial que a mis ojos
trae esta sonrisa clara
para el niño naciente.
Lucía Serrano
Me ha gustado leerte...
ResponderEliminarTu poema tiene un "no se qué" que ha hecho que me detenga a leerlo dos, tres, cuatro veces...
Saludos!
Se ma han saltado un par de lagrimas con este poema y he pensado en la MUJER que a veces se queda enjaulada dentro de mi...
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