Hay que estar siempre ebrio. Nada más; esa es toda la cuestión.
Para no sentir el peso horrible del tiempo, que te quiebra la espalda y te inclina hacia el suelo, tienes que embriagarte sin cesar.
¿De qué? De vino, de poesía o de virtud, como quieras.
Pero embriágate.
Y si alguna vez, en las escaleras de un palacio, en la verde hierba de una zanja, en la soledad sombría de tu cuarto te despiertas, porque ha disminuido o desaparecido tu embriaguez, pregúntale al viento, a las olas, a las estrellas, a los pájaros, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que gira, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntale qué hora es; y el viento, las olas, las estrellas, los pájaros, el reloj, te contestarán: "¡Es la hora de embriagarse!"
Para no ser un esclavo martirizado por el tiempo, embriágate; embriágate sin cesar.
De vino, de poesía o de virtud, como quieras
CHARLES BAUDELAIRE
!Hola,Lucia!
ResponderEliminarEso intentamos cada día,beber vida,y cuando se va secando volver a beberla sin parar.A veces quisiéramos detener el tiempo ,amarrar su inexorable tic tac que nos recuerda que se acerca ese final que tanto tememos.Y en el camino nos va desgastando,convirtiéndonos en herrumbre.Vivir,sentir la vida,como sea,como quieras,como te dejen,pero hacerlo hasta agotarte y saciarte de ella.
Un precioso poema has elegido,lucia,me ha emocionado.Te deseo un feliz domingo de resurrección,muchos besitos.
Siempre ebrios. Saludos.
ResponderEliminarPerder el conocimiento, el dolor, la noción del tiempo y vivir ebrio de pasión.
ResponderEliminarMe gusto mucho el poema.