ACARICIANDO LÁGRIMAS
La tarde en que lo vi,
volaban las gaviotas
entre fieras salvajes.
Todo fue oscura eternidad,
desencuentros del alba,
muerte sin agua,
sin luz y sin palabras.
La tarde en que lo vi,
acariciando lágrimas,
imaginé su muerte
envuelta con inocentes sedas,
detrás de la luz tenue
que tienen los secretos.
Cerré la puerta
y el golpe descartó toda juventud
en la intemperie
Resucitaron los reyes
y se volatizaron
en el aire del sueño.
LUCIA SERRANO
Bien podría, con esa cantidad de imágenes desoladoras, ser la última tarde; aunque sobre el final se hallen unas pizcas o intentos de vida...
ResponderEliminarEs lo bueno de la poesía: deja volar los lápices de nuestra imaginación haciéndolos danzar a su antojo :)
Siempre es un gusto leerte, lucia.
Buena semana :)
gracias Nicky, un placer saberlo
Eliminarmelancólico y sutil...saludos...
ResponderEliminartambién para tí...oh poesía!
Eliminarversos que atesoran ese aroma
ResponderEliminarde intensa bondad.
enhorabuena!!!