Es una voz inconfundible la que me confunde.
Los vientos detenidos clavándose en mi tiempo,
recurren a las más viejas fantasías de olvido
y, en ese punto negro de la memoria, surge el poema.
No es una sustancia, un ser, que atraviesan la nada.
Es nada lo que se come la sustancia, atravesando el ser.
Es huecos de huecos, el infinito que me mira,
es línea sobre línea, generando agujeros invisibles.
Opongo al misterioso siglo del vacío perfecto,
la carne desmesurada y abierta de tus ojos,
la sangre de tu boca, herida por lo insondable.
Opongo a la siniestra ceguer universal,
incandescente luz del choque de los cuerpos,
la magnética luz de tus palabras, amándome.
Libro "La Patria del Poeta"
Autor Miguel Oscar Menassa
Bonito poema
ResponderEliminarSaludos
A veces lo inconfundible...nos daña y de ahí surgen tantas otras maneras de soñar...
ResponderEliminarBello poema.
Un abrazo.