De tanta espera en la taza se enfrió el negro elixir . Persistiendo en la mesa cómplice el hastío consumió el dulzor. Hoy la borra intrépida es amargo destino.
Las esperas siempre duelen, es como una agonía no declarada, como el diastole y sistole que nos dan la cuenta final. Muy bello escrito. Un abrazo desde mi esquina.
Las esperas siempre duelen, es como una agonía no declarada, como el diastole y sistole que nos dan la cuenta final.
ResponderEliminarMuy bello escrito. Un abrazo desde mi esquina.
No dejo que el frío y la oscuridad de las esperas inciertas, lleguen a mi café ;-)
ResponderEliminarUn abrazo Lucía, y buena estrella