30 de mayo de 2013

"Sí, mi amiga…" Juan L. Ortiz 
 
Sí, mi amiga, estamos bien, pero tiemblo
a pesar de esas llamas dulces contra junio…

Estamos bien… sí…
Miro una danzarina en su martirio, es cierto,
con los locos brazos, ay, negando la ceniza
y el crepúsculo íntimo…

Estamos bien… Cummings que se va, muy pálido,
al país que nunca ha recorrido,
mientras Debussy enciende el suyo, submarino…

Estamos bien… Pero tiemblo, mi amiga, de la lluvia
que trae más agudamente aún la noche
para las preguntas que se han tendido como ramas
a lo largo de la pesadilla de la luz,
con la vara que sabes y la arpillera que sabes,
en las puertas mismas, quizás, de la poesía y de la música…

Estamos bien, sí mi amiga, pero tiemblo de un crimen…

Cuándo, cuándo, mi amiga, junto a las mismas bailarinas del fuego,
cuándo, cuándo, el amor no tendrá frío?



Juan L. Ortiz (Entre Ríos, 1896-1978, poeta...)
LOS ENCUENTROS
II

Sí, la noche te trajo. Yo, dorada,
prosa, casto limón, convaleciente
del último quizás de tu mirada,
bajé por la ternura de repente.

¿Qué hiciste entonces con tu boca urgente
en mi mano de libro y enramada?
Trataste como un gajo del poniente
la mano que me sigue iluminada?

No sé. No sé enterarme de este asunto.
No sé. No sé: me conmoví despacio.
(Quede la sinrazón por testimonio)

Pero recuerdo que a las nueve en punto
rodó ya carcomido en su palacio
mi corazón de estatua y de demonio.


CARILDA OLIVER LABRACuba-1924
De “Las sílabas y el tiempo”

29 de mayo de 2013

LOS ENCUENTROS

                 I
A veces va una por la calle, triste,
pidiendo que el canario no se muera
y apenas se da cuenta de que existe
un semáforo, el pan, la primavera.

A veces va una por la calle, sola
-ay, no queriendo averiguar si espera-,
y el ruido de algún rostro que se inmola
nos pone a sollozar de otra manera.

A veces por la calle, entretenida,
va una sin permiso de la vida,
con un hambre de todo casi fiera.

A veces va una así desamparada,
como pudiendo enamorar la nada
y el milagro aparece en una acera.
CARILDA OLIVER LABRACuba-1924
De “Tú eres mañana”


28 de mayo de 2013

MUÑECA CAPRICHOSA POR SU TALENTO


Ningún gesto amable me hizo pensar que se trataba del amor.
Sin sufrir los pasos detenidos, amé los máximos peligros y abandoné mis ansias por lograr victorias.
Llegué a pensar que no tenía corazón, ni alma, que era una muñeca
programada para ser perfecta y admirada.
El universo me ama y sin embargo no me alcanza para ser feliz.
¿Cómo llegarás al horizonte, si te acostumbraste a vivir sin él y ya no lo extrañas?
Muñeca caprichosa por su talento, ¿quién se animará a desafiarla amándola?
Nunca fue tan genial como para ser esclavo de sus grandes ansias.
Vivió cerca de los que no sabían amar y frente a los superficiales triunfos que no necesitaba, se hizo rebelde para estar aislada.
Renunció a los milagros del tiempo, calló.
Caprichoso talento de una muñeca programada.

LUCIA SERRANO




A LA ESPERANZA VUELVO, A LA MADERA


A la esperanza vuelvo, a la madera
que construyó mis días importantes,
a la extraviada primavera
de antes.

A la justicia de mirarlo todo
como si me perteneciera,
que en fin de cuentas no hay un modo
de abandonar el hambre de la fiera.

CARILDA OLIVER LABRA

20 de mayo de 2013

ALTA MAREA - ENRIQUE MOLINA


Cuando un hombre y una mujer que se han amado se separan
se yergue como una cobra de oro el canto ardiente del orgullo
la errónea maravilla de sus noches de amor
las constelaciones pasionales
los arrebatos de su indómito viaje sus risas a través de las piedras
sus plegarias y cóleras
sus dramas de secretas injurias enterradas
sus maquinaciones perversas las cacerías y disputas
el oscuro relámpago humano que aprisionó un instante el furor de sus cuerpos con el lazo fulmíneo de
/las antípodas
los lechos a la deriva en el oleaje de gasa de los sueños
la mirada de pulpo de la memoria
los estremecimientos de una vieja leyenda cubierta de pronto con la palidez de la tristeza y todos los
/gestos del abandono
dos o tres libros y una camisa en una maleta
llueve y el tren desliza un espejo frenético por los rieles de la tormenta
el hotel da al mar
tanto sitio ilusorio tanto lugar de no llegar nunca
tanto trajín de gentes circulando con objetos inútiles o
enfundadas en ropas polvorientas
pasan cementerios de pájaros
cabezas actitudes montañas alcoholes y contrabandos informes
cada noche cuando te desvestías
la sombra de tu cuerpo desnudo crecía sobre los muros hasta el techo
los enormes roperos crujían en las habitaciones inundadas
puertas desconocidas rostros vírgenes
los desastres imprecisos los deslumbramientos de la aventura
siempre a punto de partir
siempre esperando el desenlace
la cabeza sobre el tajo
el corazón hechizado por la amenaza tantálica del mundo.

Y ese reguero de sangre
un continente sumergido en cuya boca aún hierve la espuma de los días indefensos bajo el soplo del sol
el nudo de los cuerpos constelados por un fulgor de lentejuelas insaciables
esos labios besados en otro país en otra raza en otro planeta en otro cielo en otro infierno
regresaba en un barco
una ciudad se aproximaba a la borda con su peso de sal como un enorme galápago
todavía las alucinaciones del puente y el sufrimiento del trabajo marítimo con el desplomado trono de
/las olas y el árbol de la hélice que pasaba justamente bajo mi cucheta
éste es el mundo desmedido el mundo sin reemplazo el mundo desesperado como una fiesta en su
/huracán de estrellas
pero no hay piedad para mí
ni el sol ni el mar ni la loca pocilga de los puertos
ni la sabiduría de la noche a la que oigo cantar por la boca de las aguas y de los campos con las
/violencias de este planeta que nos pertenece y se nos escapa
entonces tú estabas al final
esperando en el muelle mientras el viento me devolvía a tus brazos como un pájaro
en la proa lanzaron el cordel con la bola de plomo en la punta y el cabo de Manila fue recogido
todo termina
los viajes y el amor
nada termina
ni viajes ni amor ni olvido ni avidez
todo despierta nuevamente con la tensión mortal de la bestia que acecha en el sol de su instinto
todo vuelve a su crimen como un alma encadenada a su dicha y a sus muertos
todo fulgura como un guijarro de Dios sobre la playa
unos labios lavados por el diluvio y queda atrás
el halo de la lámpara el dormitorio arrasado por la vehemencia del verano y el remolino de las hojas
/sobre las sábanas vacías
y una vez más una zarpa de fuego se apoya en el corazón de su presa
en este Nuevo Mundo confuso abierto en todas direcciones
donde la furia y la pasión se mezclan al polen del Paraíso
y otra vez la tierra despliega sus alas y arde de sed intacta y sin raíces
cuando un hombre y una mujer que se han amado se separan

12 de mayo de 2013

EL OLOR A POLVORA



El olor a pólvora,
me hizo saber que habías muerto.
Los hombres que rodeaban,
las mesas vecinas,
abrían la boca para decir tu nombre
y sobraban las letras en la frase.
Ninguno recordó el nombre
de tu primer libro,
nadie siguió escribiendo,
la grandiosa novela del río sin orillas.
Sólo hubo conversaciones por tu pérdida.
Frente a tu tumba, nadie lloraba,
Ninguna palabra recorrió la metralla de tus libros.
La memoria traía telarañas,
sangre petrificada,
tambores del viento,
dolores abandonados,
máscaras frente al fuego.
Miré la calle, donde imaginé,
habías caminado la última vez,
a solas, andar lento,
y a pocos metros, vuelta a casa,
tinta, papel y aquel olor eterno.

LUCIA SERRANO

UNA CASA DE CAMPO



Llevará un tiempo olvidar los gestos inhumanos.
Me quedaré a solas imaginando,
una casa de campo donde nadie me llame,
y yo desaparezca malgastando en el ocio,
infelices sueños,
furiosos obstáculos que inventaron para mí,
los seres más cercanos.
Una casa blanca, elemental, vacía.
Una casa de campo.

LUCIA SERRANO