25 de febrero de 2015



VIENTOS HURACANADOS


Me acerco al río más ancho del mundo y mientras diviso
lejana la tormenta, vientos huracanados del norte,
mezclan en apariencia todas mis ideas.
Viento de los locos te llaman, porque vas y vienes
en todas direcciones.
Levantas mis vestidos y sospecho la escena de amor contigo,
donde nacen hijos que vuelan hacia el cielo.
Miro a mi alrededor las hojas caídas,
mueves de los árboles altos, la copa entera y hasta las
raíces deben sentir tus vibraciones.
Camino lentamente gozando al verte danzar tu danza.
Mi cuerpo moviéndose por tu furia, estremece las ansias.
Como un huracán, tiras abajo lo más endeble, lo flojo,
lo que ya no sirve, y te alzas para seguir viajando.
No tienes ningún miedo.
Tu altivez hamaca mis sueños y no quiero verte partir.
Sería capaz de quedarme atada a esa intemperie.
Tierra tenaz donde sospechan los visitantes.
Geografía que das vuelta al vacío de las formas sobre la
                                                                                rivera.
Se alegran las aguas cuando te acercas, ciego, exacto,
soberbio sobre las superficies.
Vientos huracanados, siembras en mis alrededores tu
Explosiva carga húmeda, tu niebla, tu oleaje implacable.
Mientras tanto, aguardo las voces que vendrán con la
tormenta, y negras alturas no te detendrán.
A todo lo llevas por delante viento, el humo de algún
pastizal recién prendido, se aviva con tu brisa,
y el paraíso es ese tiempo sin derrotas.                                                                                                               
Con el último rayo de luz, celebro el crepitar de tu trans-
parencia, muevo mis cabellos con el aire que amontonas,
y quiero que termines esta danza macabra,
para volver a casa y mirar a lo lejos las distancias.                                         
Ni siquiera recogí una palabra.
Sombras donde los pájaros ya no están.
Secretos del viento conversando conmigo en esta tarde
gris, para que los hombres levanten su cansancio.
Adonde llegarán las huellas lejanas que te acompañan
Hasta el río me pertenece cuando llegan los huracanados
vientos del norte sobre mi piel felina.
Una frescura de mar desciende empecinadamente
sobre el asfalto, arremolina lo muerto.
Esta noche, no existirá en el bosque, será toda del viento.
Despiertan los recuerdos, y es este aire de silencios,
leve caricia detenida.
Vuelve, que asombraremos al miedo de los débiles,
y alguna gaviota volará nuestro cielo.
Alborotado decir del balanceo, entras al corazón,
para devolverle al viento tus palabras,
sosteniendo el desamparo del aire fresco.
Vientos que hablan conmigo.
Vientos del silencio.
Vientos de luz.
Extraña terquedad de los huracanados vientos.
Hoy no levantaré las velas,
aguardaré en la amarra tus ensueños.

LUCIA SERRANO (del libro "CARAMELO"


19 de febrero de 2015

ANDRÉ BRETON – UNIÓN LIBRE

Mi mujer con cabellera de llamaradas de leño
con pensamientos de centellas de calor
con talle de reloj de arena
mi mujer con talle de nutria entre los dientes de un tigre
mi mujer con boca de escarapela y de ramillete de estrellas
                                                                     [de última magnitud
con dientes de huella de ratón blanco sobre la tierra blanca con lengua de ámbar y vidrio frotados
mi mujer con lengua de hostia apuñalada
con lengua de muñeca que abre y cierra los ojos
con lengua de piedra increíble
mi mujer con pestañas de palotes escritos por un niño
con cejas de borde de nido de golondrina
mi mujer con sienes de pizarra de techo de invernadero
y de cristales empañados
mi mujer con hombros de champaña
y de fuente con cabezas de delfines bajo el hielo
mi mujer con muñecas de cerillas
mi mujer con dedos de azar y de as de corazón
con dedos de heno segado
mi mujer con axilas de marta y de bellotas
de noche de San Juan
de ligustro y de nido de escaleras
con brazos de espuma de mar y de esclusa
y de combinación de trigo y molino
mi mujer con piernas de cohete
con movimientos de relojería y desesperación
mi mujer con pantorrillas de médula de saúco
mi mujer con pies de iniciales
con pies de manojos de llaves con pies de pájaros en el
                                                                    [momento de beber
mi mujer con cuello de cebada sin pulir
mi mujer con garganta de Valle de Oro
de cita en el lecho mismo del torrente
con senos nocturnos
mi mujer con senos de montículo marino
mi mujer con senos de crisol de rubíes
con senos de espectro de la rosa bajo el rocío
mi mujer con vientre de apertura de abanico de los días
con vientre de garra gigante
mi mujer con espalda de pájaro que huye en vuelo vertical con espalda de azogue
con espalda de luz
con nuca de canto rodado y de tiza mojada
y de caída de un vaso en el que acaban de beber
mi mujer con caderas de barquilla
con caderas de lustro y de plumas de flecha
y de canutos de pluma de pavo real blanco
de balanza insensible
mi mujer con nalgas de greda y amianto,
mi mujer con nalgas de lomo de cisne
mi mujer con nalgas de primavera
con sexo de gladiolo
mi mujer con sexo de yacimiento aurífero y de ornitorrinco mi mujer con sexo de alga y de viejos bombones
mi mujer con sexo de espejo
mi mujer con ojos Ilenos de lágrimas
con ojos de panoplia violeta de aguja imantada
mi mujer con ojos de pradera
mi mujer con ojos de agua para beber en prisión
mi mujer con ojos de bosque eternamente bajo el hacha
con ojos de nivel de agua de nivel de aire de tierra y de fuego.




  

16 de febrero de 2015

GIORGOS SEFERIS (1900 - 1971) GRECIA






NEGACIÓN

En la playa escondida
y blanca como paloma
tuvimos sed un mediodía
pero el agua era salada.

En la arena dorada
escribimos su nombre;
suave sopló la brisa
y la letra se borró.

Con qué coraje, con qué aliento,
con qué deseos y pasión
tomamos nuestra vida: ¡qué error!
y la vida tuvimos que cambiar.



DESPERTÉ CON ESTA CABEZA DE MÁRMOL

que agota mis brazos y no sé dónde apoyarla.
Se sumergía en el sueño mientras yo salía del sueño
Así se unieron nuestras vidas y será muy difícil separarlas.

Contemplo los ojos: ni abiertos ni cerrados.
Hablo a la boca que por hablar se afana,
sostengo los pómulos que traspasan la piel.
Otra fuerza no tengo:

mis manos se pierden y se me acercan
mutiladas.

14 de febrero de 2015

FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS

     


                              TE AMO

Te amo escondida en nuestra pasión por los secretos.
Te amo terrible, alucinando un día tenerte todo para mí.
Te amo exaltada por tus brillos que se escapan en cualquier
dirección y tengo miedo.         
Te amo amor, te amo, ni el odio ni la sed te alejan de mi lado.
Te amo amor, te amo, y es tan lejos el más allá, que esta vez no
he podido escribirlo.
Te amo en esta soledad, donde tu cuerpo entero está a mi lado,
donde ya no te extraño.
Donde ningún temor se une a mi futuro, juntos vencemos a la
muerte.
Te amo rey de mi corazón y no diré nada a nadie.
No dejaré que los hambrientos desciendan confundidos hasta
nosotros.
Te amo amor, te amo, y es tan fugaz el tiempo que te espera a
mi lado, que vence enamorado todas las distancias.
Te amo amor, te amo, y hoy he decidido atormentada por la
verdad, seguir amándote.
Fuegos ausentes, desconocen la intención del vuelo que nos une.
Te amo amor, te amo, y audaz ante el secreto, decido quedarme
quieta como una piedra antigua y esperar mil veces más tus
palabras de amor, entre invisibles lágrimas, a mi lado.

    (del libro de Lucía Serrano “La Ineptitud de los Vampiros” – 1996-1999

13 de febrero de 2015



FUE EN LA CÁRCEL 

Un mundo entero debajo de este mundo vivía entre las rejas,
sin brazos que salieran al sol para aumentar la apuesta.
Todo lo que se, lo aprendí en la cárcel,
hasta perfeccioné el francés de años juveniles.
En ese pequeño mundo no existe como verdadero,
ni siquiera el color amarillo.
Destrozan lo poco de amor que se acerca a la celda.
Comprended que aquí no has venido por ser inocente,
y vamos hombre,  ya mismo declárate culpable de algo,
y si no sabes inventa.
Si, fue en la cárcel donde aprendí a inventar.
Todo tenía que suceder sin arrepentimientos, sin cuerpo,
y entre truenos y humo, la dinamita multiplicaba
lo posible incierto que jamás ocurrió.
Lo peor que viví fue en la cárcel.
Allí no hay almas limpias, ni blancos corazones,
ni estrellas que nos alumbren los pasos por venir.
Allí en la cárcel, el horizonte te queda lejos,
y después está el gendarme,  con las manos vacías,
con la cabeza hueca, con un corazón artificial,
y alrededor, sus propios escombros lo acompañan.
Todo es gris en la cárcel.
Si, recuerdo, fue en la cárcel donde perdí                                                  
el sentido de multiplicar y dividir.
Harapientos mendigos,
amantes de mínimos delitos que jamás cometieron.
A ver, a ver, ¿quién fue un asesino?,
¿quién un ladrón a su juicio?
¿quién un perverso nacido de un vientre animal,
sin madre que sostenga su mirada?
Dios aparece entre todos sin ser visto y arma desórdenes extremos.
Lujurias propias del goce.
Si, fue en la cárcel, donde imaginé un laboratorio perfecto.
Hierros oxidados rezan por tener una sensibilidad vegetal,
y entre las penas impronunciables, todos son maricas,
y a los machos, que el padre nuestro los salve, o no los salve nadie.
Si, fue en la cárcel, que excitación te da el encierro
que no termina nunca.
Obreros de puertos sin barcos.
Bromas y carcajadas para una lágrima desconocida.
¡Che cabrón, no puedes violarte a esa niña porque es mi hija!
Rataplán, rataplán, rataplán, las botas caminan como los caballos,
y lo único que existe es el mal.
¿A ver a quién puedo joder hoy, a que ingenuidad,
a que esperanza, a que mañana?
Hoy me violaré a una madre.
Para eso dios me ha hecho huérfano, el tiene completo mi legajo,
él lo ha diseñado.                                                                                    
Hombre infantil, crees que diseñas tu destino,
pero él arma los escenarios para placeres que tú no te imaginas.
Sí, recuerdo, fue en la cárcel donde conocí los milagros.
Allí se hizo presente la bruma del aire que tienen los esclavos.
Allí se vive muerto y eso es imposible.
Todos los cerebros son huecos y se llenan con la basura
que recogen los basureros. En vano te lavas la cara o la cabeza.
Nadie tiene sueños, todos son inventos.
Los grandes escritores nacieron en la cárcel,
rodeados del estiércol hicieron catedrales y bárbaros monumentos.
Vivieron muertos.
¿No te parece acaso un desafío imposible de ser cierto?
Manchas en los baños almacenan los gestos del salvado,
y desfilan los hechos jamás vistos, jamás contados.
Un diseño para esquizofrénicos.
¿Y quién no estuvo preso?
Venganzas traman las horas que pasan,
y ninguna virtud se hace presente.
Todo es distancia, no hay cita, ni desdicha.
Todo es festín sin ninguna palabra. Todo sombra. Todo madrugada.
Algún amor clavándose en las piedras rueda y se hace agua.
Gotas para gemidos impronunciables.
Al final todos son culpables, se terminan definitivamente los valientes.
Y todo eso, fue en la cárcel.

LUCÍA SERRANO (del libro "CARAMELO")


Lawrence Ferlinghetti / El Cántico de Jack Kerouac





El Cántico de  Jack Kerouac

1

Lejos del mar del mar
                             de los pescadores de Breton
        las nubes blancas desplazándose
                                        sobre Lowell
y  los abedules blancos
los  abedules blancos y desnudos
a lo largo de los borrosos caminos de la noche
                                pasando como el rayo en la oscuridad
(donde una vez él condujo
                              en la antigua Plymouth de Papá)
y  la cara blanca del abedul
                                     de una virgen de Merrimac
sombreada por  la luz de la calle
                      por las misteriosas  aguas del Merrimac
-una hoja vuela
                 sobre el viento del mar
fuera de Brittany
                 hacia océanos infinitos


2

Hay un jardín en la memoria de América
Hay un pájaro nocturno en su memoria
Hay un andante cantábile
en un jardín en la memoria
de América
en un jardín secreto
en un lugar vedado
una canción una melodía
un canto nocturno resonando
en la memoria de América
en el sonido de un pájaro nocturno
del otro lado de una ventana de Lowell
en el grito de los niños
en los patios de los inquilinos a la noche
en el profundo sonido
de una mujer murmurando
una mujer cantando una melodía entrecortada
en una habitación de ventanas cerradas
en una vieja casa de madera
en Lowell
al tiempo que el mundo se desmorona
                                                por los truenos
como un camión maderero perdido
                        en  una pendiente empinada
                 en la América de Kerouac
la mujer se sienta callada ahora
                                  meciéndose hacia atrás
hacia el Whistler’s Mother  en Lowell
                     y todas las rigurosas y viejas
                                         madres canadienses
                        como la abuela de Jack
ellas continúan meciéndose

              Y quizás, hasta en las noches de tormenta se muestren
              como la imagen persistente de un fantasma
                               sobre pantallas de tv silenciosas
una parpadeante imagen persistente
                               que no se irá
   en la calle Moody
       en la calle Beaulieu
             en “dirtstreet Sarah Avenue”
en Pawtucketville
   Y en la Iglesia de St. Jean Baptiste


3

Y el Old Worthen Bar
                   en Lowell Mass. a medianoche
en el mil novecientos ochenta y siete de ahora
juerguistas Kerouaquenses
                    llenan los puestos de madera
       antiguos de tantas iniciales talladas
                   de un millón de peleas de borrachos
                           la influencia del
                                     Forastero  Misterioso
           sobre cada banco de madera
donde los pares de Kerouac  leñador
amagaban sus desafíos
                      de estiércol y muerte
Ah la madera quebrada  y los abanicos en el techo  aún girando
    (ondulaciones al tirar de la cuerda
                                              del aliento del Buda)
aún perdidos en  las” vastas
                                              tragedias de la oscuridad” de  Lowell
                           con Jack


 4

Y el comedor de las Cuatro Hermanas
         también conocido como “El Búho”
domingo por la mañana ahora
                          marzo del ochenta y siete
o cualquier año de ofertas de domingo
huevos revueltos y jamón cortado
los brillantes puestos repletos de familias
           griegos de  Lowell  y franceses de Gaspé
                    Joual patois y Argos argot
los esclavos Espartanos escaparon
                      al Nuevo Mundo
aquí  se encarnaron
                 en el torrente de sangre del
                 American Sunday morning
y  en “Ti-Jean” Jack Kerouac
         que viene sonriendo con
               su desastrosa gorra de beisbol
     hambrienta  de misa
                      en esta Iglesia de Todos los Santos Hambrientos
   guarida de los Búhos trasnochados
                                          bendiciendo cada puesto….


 5

Ah el Sonriente Silencioso
    el único
               con la camisa leñadora
    y la gorra de aletas levantadas
             soplando sus manos en invierno
        como para encender una llama
el Forastero Misterioso  lo conocía
    como Ti-Jean el sonriente
                    recitando poemas al pasar por  los  edificios de ladrillos rojos
derribados por la corriente del río
                                       (Oh poderoso Merrimac
                                                 “estruendoso silenciador”)
               donde una vez una medianoche
       el joven Ti- Jean bailó con Mémère
                    bajo la ahogada luz de la luna
y rodaron sobre el césped
    su madre y amante
            sólo uno con Buda
                        en sus brazos


6

Y luego Ti-Jean Jack con la lengua Joual
vestido como un defensa Americano en camisa a cuadros
           cruzando y recruzando América
                                    en autos veloces
la sombra de un Dr Sax oscureciéndose
    como una sombra misteriosa  sobre un paisaje
canción de la carretera cantada borracho
              con Whitman y Jack London y Thomas Wolfe
     todavía resonando a través de
                          una América del mil novecientos treinta
                          una América del mil novecientos cuarenta
                          una América que partió hace mucho
excepto en las destartaladas viejas y polvorientas
                             estaciones Greyhound de colectivos
                  en pequeños y perdidos pueblos
la visión de Ti-Jean de América
          desde la ventanilla de un auto en marcha
la misma desolada  y arrebatada
                                    visión de Wolfe
captada desde un coche tren mucho tiempo atrás
(“Y así él vio la primera tierra oscura”)
Y entonces Jack
          en un  bar de ángel de medianoche
en algún lugar al  oeste de Norteamérica
donde una virgen borracha
            (sombras de una de ellas en una esquina de Merrimac)
le hace un gesto con sus ojos
                                       un gesto azul
               y Ti-Jean le contesta
                                           sólo con sus ojos
y la noche cae sobre ellos
       y la luz cae sobre ellos
            haciendo el amor en un estacionamiento


7

En la oscuridad de su noche campesina
   en la luz de las iluminadas
                             estaciones de la Cruz
                y la gruta  iluminada
                            camino abajo  detrás de  la Casa Funeraria
                                               por el rugido del rio
donde ahora Ti-Jean solo
                 (volvió a Lowell
                   en otro intento
                                 Wolfiano  fracasado
                                  de Volver a Casa Una Vez Más)
a  tientas entre las Doce Estaciones de la Cruz
       recitando en voz alta las inscripciones en francés
                     con su acento Joual
      que hace al Cristo francés de yeso
                                                 reir y llorar
               al alzar Su enorme Cruz
                             hacia el Monte Eterno
Y una lágrima muy real cae
                                   en la gruta
                            del rostro
                                        de la Virgen drogada


8

          Luz sobre luz
la Montaña
               permanece quieta


9

Manos sobre oídos
él se escabulle
        con la Campana….
                                     

Lawrence Ferlinghetti (Yonkers, Nueva York, 1919), These Are My Rivers: New and Selected Poems, New Directions Publishing Corporation, Nueva York, 1993
Versión de Marina Kohon

ULTERIORES INSTRUCCIONES

Ezra Pound
(Hailey, Idaho, EE.UU., 1885-Venecia, 1972)

Vamos, cantos míos, expresemos nuestras más bajas pasiones,

expresemos nuestra envidia por los hombres con empleo
permanente y ninguna preocupación por el futuro.
Sois muy ociosos, cantos míos,
temo que vais a acabar mal.
Os plantáis por las calles.
Haraganeáis en las esquinas y en las paradas de los autobuses,
no hacéis nada del todo.
Ni siquiera expresáis nuestras noble cualidades internas;
acabaréis muy mal.
¿Y yo? Me he vuelto medio loco.
Tanto os he hablado
que casi ya os veo alrededor mío,
¡insolentes bestezuelas! ¡Sinvergüenzas! ¡Faltas de atavío!
Pero tú, canto, el más nuevo de todos,
aún no tienes edad para haber hecho mucho daño.
Te conseguiré una casaca verde en China
con dragones bordados en ella.
Te conseguiré los calzones de seda escarlata
de la estatua del Niño Jesús en Santa María Novella;
no vaya a ser que digan que no tengo gusto
o que no hay sangre azul en la familia.

12 de febrero de 2015

LA VIDA

Cada vez más cerca, oh, vida,
cada vez de ti más cerca.
De tus justas maravillas
y tu claridad perfecta.
De tu plenitud segura
y tu elevación suprema.
Cada vez más cerca, oh, vida,
cada vez de ti más cerca.
Mi sangre, vertida en ríos:
mi soledad y la fuerza
de mi espíritu, y el gozo
con que digo: "Está serena
la tarde", y la tarde está
de un oro inmortal cubierta,
todo es ya porque me acerco
con mi espíritu y mi fuerza,
a tu plenitud segura
y a tu elevación suprema.
Cada vez más cerca, oh vida,
cada vez de ti más cerca.


GERMÁN PARDO GARCÍA

Colombia-1902
"Los júbilos ilesos"


ALTA HORA DE LA NOCHE

Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendría la muerte y el reposo.
Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
sería el tenue faro buscado por mi niebla.

Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.

No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto:
desde la oscura tierra vendría por tu voz.
No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre

ROQUE DALTON


10 de febrero de 2015

PABLO NERUDA


Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo. 
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma

8 de febrero de 2015




JE T’ATTENDS ENCORE - LUCIA SERRANO

(traducido al francés por 
École de Poésie Grupo Cero)

Oh! aurores sans amants et cependant aimées! 
Moi, je sais bien que les passions troublent l’âme du Poète. 
Cet  instinct profond de monter fait que je te cherche et si je ne te trouve pas, 
mes désirs seront la fureur des promesses distantes. 
Moi, je sais bien que notre calice n’a pas de martyrs. 
Et si l’amour me trompe, je déclarerai le suicide un des beaux arts. 
C’est la fièvre du guerrier qui fornique mon esprit. 
Sublime, la bête continue d’attendre les pas du poète. 
Le seigneur du château manie les épées et il est attentif. 
Lancelot est délivré par le vaisseau lumineux. 
Oh seigneur que l’ambition principale ne s’élève pas si haut! 
Je ne regrette rien, tout vit autour de moi. 
Je ne suis à côté de personne, je t’attends encore.  



AÚN TE AGUARDO - LUCIA SERRANO
¡Oh madrugadas sin amantes y sin embargo amadas!
Yo sé bien que las pasiones enturbian el alma del Poeta.
Este profundo instinto de subir me hace buscarte y si no te encuentro,
mis ansias serán el furor de las promesas distantes.
Yo sé bien que nuestro cáliz no tiene mártires.
Y si el amor me engaña, declararé al suicidio una de las bellas artes.
Es la fiebre del guerrero la que fortifica mi espíritu.
Sublime la bestia sigue aguardando los pasos del poeta.
El señor del castillo maneja las espadas y está atento.
Lancelot es rescatado por la nave luminosa.
¡Oh señor, que la ambición principal no se eleve alta!
No extraño nada, todo vive a mi alrededor.
No estoy al lado de nadie, aún te aguardo.