17 de diciembre de 2016

CESAR MORO


Vienes en la noche con el humo fabuloso de tu cabellera

Apareces
La vida es cierta
El olor de la lluvia es cierto
La lluvia te hace nacer
Y golpear a mi puerta
Oh árbol
Y la ciudad el mar que navegaste
Y la noche se abren a tu paso
Y el corazón vuelve de lejos a asomarse
Hasta llegar a tu frente
Y verte como la magia resplandeciente
Montaña de oro o de nieve
Con el humo fabuloso de tu cabellera
Con las bestias nocturnas en los ojos
Y tu cuerpo de rescoldo
Con la noche que riegas a pedazos
Con los bloques de noche que caen de tus manos
Con el silencio que prende a tu llegada
Con el trastorno y el oleaje
Con el vaivén de las casas
Y el oscilar de luces y la sombra más dura
Y tus palabras de avenida fluvial
Tan pronto llegas y te fuiste
Y quieres poner a flote mi vida
Y sólo preparas mi muerte
Y la muerte de esperar Y el morir de verte lejos
Y los silencios y el esperar el tiempo
Para vivir cuando llegas
Y me rodeas de sombra
Y me haces luminoso
Y me sumerges en el mar fosforescente donde acaece tu estar
Y donde sólo dialogamos tú y mi noción oscura y pavorosa de
tu ser
Estrella desprendiéndose en el Apocalipsis
Entre bramidos de tigres y lágrimas
De gozo y gemir eterno y eterno
Solazarse en el aire rarificado
En que quiero aprisionarte
Y rodar por la pendiente de tu cuerpo
Hasta tus pies centelleantes
Hasta tus pies de constelaciones gemelas
En la noche terrestre
Que te sigue encadenada y muda
Enredadera de tu sangre
Sosteniendo la flor de tu cabeza de cristal moreno
Acuario encerrando planetas y caudas
Y la potencia que hace que el mundo siga en pie y guarde el
equilibrio de los mares
Y tu cerebro de materia luminosa
Y mi adhesión sin fin y el amor que nace sin cesar
Y te envuelve
Y que tus pies transitan
Abriendo huellas indelebles
Donde puede leerse la historia del mundo
Y el porvenir del universo
Y ese ligarse luminoso de mi vida
A tu existencia 

4 de noviembre de 2016

ADOLESCENTE PESCADOR
Adolescente pescador de enamoradas viejas
gran pescador de trufas
de muchachas alegres como el sol
de alguna fija para jugarse el alma.
Yo, gran cazador
gran manejador de redes solitarias
de redes para la soledad
de redes especiales
para cazar
tímidos corazones.
Cansado de ver morir
caliente
tanta gente
un verano de tarde
por los jardines públicos
por las calles públicas
por los baños públicos
puse mis redes silenciosas.
Después me dije
el tiempo es necesario
me aconsejé
tomar café sin ninguna leche
todas las mañanas.
Me aconsejé sentarme
le dije a una mujer
que se sentara al lado mío.
Tu culo fresco
le dije
sobre la tierra fresca.
Nos dimos un gran beso de amor.
Ella me dijo sus maneras de entretener la soledad.
Mostrar sus piernas o moverlas
según el frío o nuestras costumbres,
sentarnos al lado de un hombre
y dejarnos tocar
hasta sentir la necesidad de ser madres.
A veces, se entiende,
vendemos perlas a los hombres
alocados, perdidos en el sol.
Perlas orientales
perlas blancas de amor
pedacitos de perlas, dispuestas
generalmente sobre nuestro vientre
perlas, en fin, en forma de collares a dos vueltas
para estrangular mejor

me dijo
perlas violentas.
Miguel Oscar Menassa
De "22 poemas y la máquina electrónica o cómo desesperar a los ejecutivos"

18 de octubre de 2016

AMANTE DESVELADO

Entre lágrimas,
debajo del túnel
que conduce al infierno,
encontré las luces del misterio.

Sangre de un cuerpo que no es mío.
Amenazante hacha
del hombre que cortó los hilos.

Todas las noches
termino tan desnuda,
que pretendo un amante desvelado,
un hombre sin oficio repetido.
y quisiera mil días y mil noches,
permanecer desnuda ante su cuerpo.

Un ser habitado por fisuras,
por marcas encarnadas,
por ausencias,
por nadas.
Un habitante de otras galaxias.
Alguien, que logre enamorarla.


LUCIA SERRANO 

14 de octubre de 2016

MAJESTADES  SATANICAS (del libro de Lucia Serrano “Mìstica del Caos”)

Agotados los diferentes venenos no hay comienzos ciertos.
En la ciudad todos están de luto y Dios se aburrió de acompañar
a los idiotas.
La belleza indolente, no encuentra las heridas por más que
busque sin descanso.
El corazón sediento no quiere frenos en su viaje y se desliza
implacable sobre un espejismo lejano.
Un análisis final del pecado triunfante, origina majestades satánicas.
La humanidad está aburrida de amores dominados por un cielo
ausente y la mirada inquieta no divisa mañanas enamoradas sin
ninguna queja.
Satán despierta por los gritos de los hombres avergonzados,
dominados por virtudes somnolientas, que no encuentran entre
sus pasos el bienestar esperado.
Enamorados de placeres ridículos donde el alma resplandece
entre muros de amores irrisorios, alzan sus cabezas al cielo,
pero nadie contesta.
Por un placer inexistente, se inclinan hasta llegar a atrocidades.
Cruzan tinieblas sin fin y se arrastran más torpes que los ciegos
sin ver la salida.
El caos reinante los insulta todos los días desde las alturas.
Vuestro padre inmortal desde lejos, los sigue con ternura.
Sombras de la gracia que nadie reconoce, temerosas de existir
avergonzadas reclaman sueños divinos y al no encontrarlos,
se despiden de la vida con solemne adiós.
Tanta tristeza frente a los pasos inseguros que no ven la gloria
prometida, crean el alma de majestades satánicas.
¡Basta ingenuos, son restos de una humanidad mediocre la que
acompaña feroz vuestros mejores sueños, para que no se cumplan!

¡Nadie os saluda antes de morir!       

30 de agosto de 2016

SILENCIO DE MADRUGADA

“las luciérnagas dejaron de aullar”
René Villar

Descansan las luciérnagas a nuestros pies,
la escucha del alma es compañía absoluta,
e infinito el placer que la ciencia no cautiva.
Silencio que trasciende las luces tenues
del suntuoso día.
Tierna música que enamora a las ninfas
en la noche callada.
De la fuente plateada, se asoma
el fresco aroma de este extraño corazón
que se instaló en mis entrañas.

Me enamora este silencio mensajero.

No iré a ningún sitio.
Me quedaré aquí,
embriagada por la luz de las luciérnagas.

Lucía Serrano

3 de junio de 2016

EDGAR BAYLEY

COSTUMBRES DE LOS ALCOBRANES

no sé mucho de pájaros
sospecho sin embargo que no eres un albatros
un alcobrán más bien de fino plumaje negro
tus alas de gigante te permiten volar
y te quedas retenido en esta casa
te arrastras de una a otra habitación
no entiendo qué te impide fugarte
hablamos poco lo indispensable
y yo es verdad me olvido de tu presencia
te dejo abandonado durante semanas enteras
tú te buscas tu alimento arreglas tu lecho
no me das trabajo y como yo hablas muy poco
no sé cómo apareciste en mi casa
y además si alguien supiera que aquí hay un alcobrán
qué contrariedad qué de explicaciones rebuscadas
pero no me molesta ni tu fija y brillante mirada
ni tus garras ni tus alas ni las raras veces
que hablas de tus viajes
yo sé sin embargo que los alcobranes cambian mucho de personalidad
que a veces se vuelven habladores
y tanto pueden ser simpáticos corteses hábiles y atractivos
y brillar en sociedad
como volverse ásperos torpes insolentes agresivos y coléricos
que tanto pueden divertir con sus cómicas piruetas
como asustar con sus violentos estallidos
que pueden ser humildes amables y pacientes
como intemperantes y suciamente orgullosos
o inteligentes y de una gracia atractiva y bondadosa
o de ingenio lerdo desmañados y de crueles intenciones
pero sé también que los alcobranes padecen por sus errores en sociedad
y que el amor que no pueden expresar ni ejercer
es su verdad más honda la única inalterable
por eso es muy posible aunque no te lo he preguntado
que después de muchos viajes y experiencias
prefieras para no causar involuntarios inevitables males
mantenerte apartado en esta casa
porque sabes que no hay fiesta posible
ni otra vía que la soledad y el olvido


De Celebraciones (1968-1976)

22 de mayo de 2016

EL HIEROFANTE

¡Insensible al Amor, sobre una roca
y sin temer la oscuridad espero!
¡Sin piedad, sin dolor, alma de acero,
contra el Espacio mi conciencia choca!

¡Silénciame, mujer! ¡Nubla mi boca!
¡Amigo, no me llames compañero!
¡Hosco soy y bestial y así lo quiero!
¡Ay del que a ciegas mis abismos toca!

¡Polvo de siglos, perturbada esfera,
yermo de horror, sin rumbo hacia adelante,
soy el Hombre al que el Átomo vulnera!

¡Anticristo de sal y delirante,
partí la cruz en que morir pudiera!
¡Mas no compadezcáis al Hierofante!

GERMÁN PARDO GARCÍA
Colombia-1902
De “Himnos al Hierofante”

1 de mayo de 2016

GONZALO ROJAS

CARTA DEL SUICIDA

JURO que esta mujer me ha partido los sesos,
porque ella sale y entra como una bala loca,
y abre mis parietales, y nunca cicatriza,
así sople el verano o el invierno,
así viva feliz sentado sobre el triunfo
y el estómago lleno, como un cóndor saciado,
así padezca el látigo del hambre, así me acueste
o me levante, y me hunda de cabeza en el día
como una piedra bajo la corriente cambiante,
así toque mi cítara para engañarme, así
se abra una puerta y entren diez mujeres desnudas,
marcadas sus espaldas con mi letra, y se arrojen
unas sobre otras hasta consumirse,
juro que ella perdura, porque ella sale y entra
como una bala loca,
me sigue adonde voy y me sirve de hada,
me besa con lujuria
tratando de escaparse de la muerte.
y, cuando caigo al sueño, se hospeda en mi columna
vertebral, y me grita pidiéndome socorro,
me arrebata a los cielos, como un cóndor sin madre
empollado en la muerte.

30 de abril de 2016

ALEJANDRA PIZARNIK 
Argentina, 1936

MUCHO MÁS ALLÁ
¿Y qué si nos vamos anticipando
de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza?
¿Y qué?
¿Y qué me da a mí,
a mí que he perdido mi nombre,
el nombre que me era dulce sustancia
en épocas remotas, cuando yo no era yo
sino una niña engañada por su sangre.
¿A qué, a qué
este deshacerme, este desangrarme,
este desplumarme, este desequilibrarme
si mi realidad retrocede
como empujada por una ametralladora
y de pronto se lanza a correr,
aunque igual la alcanzan,
hasta que cae a mis pies como un ave muerta?
Quisiera hablar de la vida.
Pues esto es la vida,
este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho, este arrancarse
la cabellera a puñados, este escupirse
a los propios ojos, sólo por decir,
sólo por ver si se puede decir:
"¿es que soy yo? ¿verdad que sí?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?"
Y con las manos embarradas
golpeamos a las puertas del amor.
Y con la conciencia cubierta
de sucios y hermosos velos,
pedimos por Dios.
Y con las sienes restallantes
de imbécil soberbia
tomamos de la cintura a la vida
y pateamos de soslayo a la muerte.
Pues eso es lo que hacemos.
Nos anticipamos de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza.

29 de marzo de 2016

YORGOS SEFERIS


Tres rocas unos pocos pinos quemados y una ermita y más arriba
el mismo paisaje copiado recomienza;
tres rocas en forma de pórtico, herrumbrosas
unos pocos pinos quemados, negros y amarillos
y una casita cuadrada sepultada en la cal;
y más arriba todavía muchas veces
el mismo paisaje recomienza escalonado
hasta el horizonte hasta el cielo en ocaso.
Aquí anclamos el barco para reparar los remos quebrados,
para tomar agua y dormir.
El mar que nos amargaba es profundo e inescrutable
y despliega una serenidad infinita.
Aquí entre los guijarros hallamos una moneda
y la jugamos a los dados.
La ganó el menor y desapareció.
Nos volvimos a embarcar con nuestros remos quebrados.
  

Yorgos Seferis (Esmirna, 1900- Atenas, 1971).
AZÚCAR MARRÓN

Entre diálogos invisibles sólo existía una palabra dulce: azúcar
marrón.
Heroína de un rumor continuo que vive ensordecido.
Ciego cosmos para ojos adiestrados por seres impalpables.
Belleza diminuta entretenida en la nada.
Diferencia que respira y muere por las dudas.
Desesperación que no descansa frente a la realidad temida.
Inmediato mandato del fracaso.
Dulce margen estremecida por la espera.
Helada verdad disolviéndose en la espuma.
Cuerpo de luz que se lleva al corazón en las ausencias.
Acelerado pulso, en el intento de comprobar que son posibles
los sueños.
Aún me llama esa locura exaltada.
Encerrada quietud, sólo tiene feroces pasiones perdidas.
El lobo nocturno escupía lo brutal de las fatalidades y yo
aceptaba.

LUCIA SERRANO “BLUES PARA LA CORONA”


28 de marzo de 2016

AMANTE DESVELADO

Entre lágrimas,
debajo del túnel
que conduce al infierno,
encontré las luces del misterio.

Sangre de un cuerpo que no es mío.
Amenazante hacha
del hombre que cortó los hilos.

Todas las noches
termino tan desnuda,
que pretendo un amante desvelado,
un hombre sin oficio repetido.
y quisiera mil días y mil noches,
permanecer desnuda ante su cuerpo.

Un ser habitado por fisuras,
por marcas encarnadas,
por ausencias,
por nadas.
Un habitante de otras galaxias.
Alguien, que logre enamorarla.


LUCIA SERRANO 

12 de marzo de 2016

PEDRO SALINAS
Largo Lamento (1975)

No rechaces los sueños por ser sueños.

Todos los sueños pueden
ser realidad, si el sueño no se acaba.

La realidad es un sueño. Si soñamos
que la piedra es la piedra, eso es la piedra.
Lo que corre en los ríos no es un agua,
es un soñar, el agua, cristalino.

La realidad disfraza
su propio sueño, y dice:
«Yo soy el sol, los cielos, el amor».
Pero nunca se va, nunca se pasa,
si fingimos creer que es más que un sueño.
Y vivimos soñándola. Soñar
es el modo que el alma
tiene para que nunca se le escape
lo que se escaparía si dejamos
de soñar que es verdad lo que no existe.

Sólo muere
un amor que ha dejado de soñarse
hecho materia y que se busca en tierra.

9 de marzo de 2016

 unión libre, André Breton

Mi mujer con cabellera de fuego de leña
Con pensamientos de relámpagos de calor
Con talle de reloj de arena
Mi mujer con talle de nutria entre los dientes del tigre
Mi mujer con boca de escarapela y de ramillete de estrellas de última magnitud
Con dientes de huellas de ratón blanco sobre la tierra blanca
Con lengua de ámbar y de vidrio frotados
Mi mujer con lengua de hostia apuñalada
Con lengua de muñeca que abre y cierra los ojos
Con lengua de piedra increíble
Mi mujer con pestañas de palotes que escriben los niños
Con cejas de borde de nido de golondrinas
Mi mujer con sienes de pizarra de techo de invernadero
Y de vaho en los cristales
Mi mujer con hombros de champagne
Y de fuente con cabezas de delfines bajo el hielo
Mi mujer con muñecas de fósforos
Mi mujer con dedos de azar y de as de corazón
Con dedos de heno segado
Mi mujer con axilas de marta y de bellotas
De noche de San Juan
De alheña y de nido de escalarias
Con brazos de espuma de mar y de esclusa
Y de mezcla de trigo y de molino
Mi mujer con piernas de cohete
Con movimientos de relojería y desesperación
Mi mujer con pantorrillas de médula de saúco
Mi mujer con pies de iniciales
Con pies de manojos de llaves con pies de pajaritos que beben
Mi mujer con cuello de cebada sin perlar
Mi mujer con garganta de Valle de Oro
De cita en el lecho mismo del torrente
Con senos nocturnos
Mi mujer con senos de topera marina
Mi mujer con senos de crisol de rubíes
Con senos de espectro de la rosa bajo el rocío
Mi mujer con vientre de despliegue de abanico de los días
Con vientre de garra gigante
Mi mujer con espalda de pájaro que huye vertical
Con espalda de azogue
Con espalda de luz
Con nuca de piedra de canto rodado y de tiza mojada
Y de caída de un vaso en que se acaba de beber
Mi mujer con caderas de barca
Con caderas de araña y de plumas de flecha
Y de canutos de plumas de pavo real blanco
De balanza insensible
Mi mujer con nalgas de greda y de amianto
Mi mujer con nalgas de lomo de cisne
Mi mujer con nalgas de primavera
Con sexo de gladiolo
Mi mujer con sexo de yacimiento y de ornitorrinco
Mi mujer con sexo de alga y de bombones viejos
Mi mujer con sexo de espejo
Mi mujer con ojos llenos de lágrimas
Con ojos de panoplia violeta y de aguja imantada
Mi mujer con ojos de sabana
Mi mujer con ojos de agua para beber en prisión
Mi mujer con ojos de bosque siempre bajo el hacha
Con ojos de nivel de agua de nivel de aire de tierra y de fuego

FELIZ DIA MUJERES

Discurso de Eva

Hoy te saludo brutalmente:
con un golpe de tos
o una patada.
¿Dónde te metes,
a dónde huyes con tu caja loca
de corazones,
con el reguero de pólvora que tienes?
¿Dónde vives:
en la fosa en que caen todos los sueños
o en esa telaraña donde cuelgan
los huérfanos de padre?

Te extraño,
¿sabes?
como a mí misma
o a los milagros que no pasan.
Te extraño,
¿sabes?
Quisiera persuadirte no sé de qué alegría,
de qué cosa imprudente.

¿Cuándo vas a venir?
Tengo una prisa por jugar a nada,
por decirte: «mi vida»
y que los truenos nos humillen
y las naranjas palidezcan en tu mano.
Tengo unas ganas locas de mirarte al fondo
y hallar velos
y humo,
que, al fin, parece en llama.

De verdad que te quiero,
pero inocentemente,
como la bruja clara donde pienso.
De verdad que no te quiero,
pero inocentemente,
como el ángel embaucado que soy.
Te quiero,
no te quiero.
Sortearemos estas palabras
y una que triunfe será la mentirosa.
Amor...
( ¿Qué digo? estoy equivocada,
aquí quise decir que ya te odio. )
¿Por qué no vienes?
¿Cómo es posible
que me dejes pasar sin compromiso con el fuego?
¿Cómo es posible que seas austral
y paranoico
y renuncies a mí?

Estarás leyendo los periódicos
o cruzando
por la muerte
y la vida.
Estarás con tus problemas de acústica y de ingle,
inerte,
desgraciado,
entreteniéndote en una aspiración del luto.
Y yo que te deshielo,
que te insulto,
que te traigo un jacinto desplomado;
yo que te apruebo la melancolía;
yo que te convoco
a las sales del cielo,
yo que te zurzo:
¿qué?
¿Cuándo vas a matarme a salivazos,
héroe?
¿Cuándo vas a molerme otra vez bajo la lluvia?
¿Cuándo?
¿Cuándo vas a llamarme pajarito
y puta?
¿Cuándo vas a maldecirme?
¿Cuándo?
Mira que pasa el tiempo,
el tiempo,
el tiempo,
y ya no se me aparecen ni los duendes,
y ya no entiendo los paraguas,
y cada vez soy más sincera,
augusta...

Si te demoras,
si se te hace un nudo y no me encuentras,
vas a quedarte ciego;
si no vuelves ahora: infame, imbécil, torpe, idiota,
voy a llamarme nunca.

Ayer soñé que mientras nos besábamos
había sonado un tiro
y que ninguno de los dos soltamos la esperanza.
Este es un amor
de nadie;
lo encontramos perdido,
náufrago,
en la calle.
Entre tú y yo lo recogimos para ampararlo.
Por eso, cuando nos mordemos,
de noche,
tengo como un miedo de madre a quien dejaste sola.
Pero no importa,
bésame,
otra vez y otra vez
para encontrarme.
Ajústate a mi cintura,
vuelve;
sé mi animal,
muéveme.
Destilaré la vida que me sobra,
los niños condenados.
Dormiremos como homicidas que se salvan
atados por una flor incomparable.
Ya la mañana siguiente cuando cante el gallo
seremos la naturaleza
y me pareceré a tus hijos en la cama.

Vuelve, vuelve.
Atraviésame a rayos.
Hazme otra vez una llave turca.
Pondremos el tocadiscos para sIempre.
Ven con tu nuca de infiel,
con tu pedrada.
Júrame que no estoy muerta.
Te prometo, amor mío, la manzana.


Me desordeno, amor, me desordeno


Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada,
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno.

Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;

y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.



De: Memoria de la fiebre


CARILDA OLIVER LABRA

3 de marzo de 2016

LLEGADA DE LA POESÍA

Estoy conmigo, pero tengo miedo.
Andan cerca rumores misteriosos.
Interfiero demonios neblinosos
y la tinta hace luto por mi dedo.

Una alarma esta noche va conmigo;
y ese ruido a cristal con una gota
o a pedazo de música remota
me estremece y no encuentro lo que digo.

El silencio es redondo y yo soy suya.
Tengo miedo... se asoma el Infinito.
No hay rincón en mi alma que no huya;

canta en ella algún pájaro maldito,
y de pronto da el miedo un aleluya
y estoy sola con esto que ya he escrito.

CARILDA OLIVER LABRA
Cuba - 1924

26 de febrero de 2016

Oliverio Girondo, Poema Número 1, Espantapájaros

Mujer etérea-mujer terrestre

Christian Schloe 



No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel lija. 
Le doy una importancia igual a cero, 
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco 
o con un aliento insecticida. 
Soy perfectamente capas de soportarles 
una nariz que sacaría el primer premio 
en una exposición de zanahorias; 
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible

-no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme! 
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase, 
tan locamente, de María Luisa. 
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? 
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado? 
¡María Luisa era una verdadera pluma! 

Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, 
volaba del comedor a la despensa. 
Volando me preparaba el baño, la camisa. 
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres... 
¡Con que impaciencia yo esperaba que volviese, volando, 
de algún paseo por los alrededores! 
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. 
"¡María Luisa! ¡María Luisa!".... y a los pocos segundos, 
ya me abrazaba con sus piernas de pluma, 
para llevarme, volando, a cualquier parte. 
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia 
que nos aproximaba al paraíso; 
durante horas enteras nos anidábamos en una nube, 
como dos ángeles, y de repente, 
en tirabuzón, en hoja muerta, 
el aterrizaje forzoso de un espasmo 
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., 
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! 
¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... 
las de pasarse las noches de un solo vuelo! 

Después de conocer una mujer etérea, 
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? 


¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer 
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? 
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender 
la seducción de una mujer pedestre, 
y por más empeño que ponga en concebirlo, 
no me es posible ni tan siquiera imaginar 
que pueda hacerse el amor más que volando.

Oliverio Girondo
Oliverio Girondo (Buenos Aires, Argentina, 1881/1967) fue una de las figuras centrales de la renovación literaria entre los años veinte y treinta. Formó parte del grupo de vanguardia de la poética argentina, junto a Jorge Luis Borges y Raúl González Tuñón entre otros.
Se caracterizó por sobrepasar los límites de lo manifestable, defendiendo la autonomía plena del lenguaje, para tratar de transmitir la pura esencia de la prosa poética.
En sus libros quedó reflejada su maestría en el manejo de la metáfora y la confianza absoluta en el poder de la imagen poética para poder alcanzar la esencia de las cosas.
Oliverio Girondo estaba capacitado para experimentar con el lenguaje, manejaba con destreza la ironía, y en sus obras reafirmó su irreverencia moral y estética, su sentido del humor y su mirada inquisidora del lugar común.
En 1932 publicó el Libro Espantapájaros (aquí su poema número 1).
El poeta se comprometió a vender los 5000 ejemplares de la edición, y para lograrlo se valió de una singular campaña publicitaria. Alquiló una carroza fúnebre tirada por seis caballos y conducida por cocheros, cambió las habituales coronas de flores de las carrozas por una que transportaba un espantapájaros gigante con chistera, monóculo y pipa. Al mismo tiempo, sobre la calle Florida, inauguró un local atendido por hermosas muchachas. La acción publicitaria resultó un éxito,Espantapájaros se agotó en un mes.



La primera imagen pertenece a Christian Schloe, talentoso artista austriaco, cuyo trabajo incluye el arte digital, la pintura, la ilustración y la fotografía.
Su pensamiento: "Cualquier cosa puede suceder en un mundo que contiene tanta belleza"

25 de febrero de 2016

                                     ALMAS  BELLAS 

Tradición gloriosa la libertad.
Inviolable consigna sin deshonra.
Creación donde se arrastran los rebaños de tanta humanidad.
Insaciable e iracunda, la noche tuvo la voluntad de ser lo más perfecta,
y fue víctima de un delirio.
Nervioso manantial.
                Estrella del calvario.
                           Caridad no compartida.
                                                     Dios jamás visto.
Inocencia,
                 llanto,
                            desierto,
mácula de un temerario.
Alas para el brillante destierro ansiado por nosotros dos.
Alas de lo puro.
Vacío y duda.
Ínfimo será el dolor de las pasiones que nos viven.
Solitaria llama que frente a la luz perece.
Almas bellas que no alcanzan para subir al cielo.
Pura bondad, polvo indomable.
Éter rodando sin sus mezclas.
Vocación de estrella, no pudo evadirse de los brillos.
Es irreprochable un amante así.
No tiembles, el ruiseñor cantará.
Aquellos nacidos para todo el goce posible en estas tierras, deben sufrir.
Sonrisas nocturnas para los pasos del hambriento mar.
Desiertos escondidos.
Vándalos.
Desnivel de las leyes.
Loca estatura donde sueñan las fieras.
Los malos consejos caen.
El aliento que trepa por las manos no es afrodisíaco.
Es irreprochable un amante así.
No tiembles dos veces, el ruiseñor cantará.
LUCIA SERRANO


                                            

2 de enero de 2016

A los hombres futuros - BERTOLT BRECHT
1
Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.

Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
es que no ha oído aún la noticia terrible,
aún no le ha llegado.
¡Qué tiempos éstos en que
hablar sobre árboles es casi un crimen
porque supone callar sobre tantas alevosías!
Ese hombre que va tranquilamente por la calle
¿lo encontrarán sus amigos
cuando lo necesiten?
Es cierto que aún me gano la vida.
Pero, creedme, es pura casualidad. Nada
de lo que hago me da derecho a hartarme.
Por casualidad me he librado. (Si mi suerte acabara,
                                                    [estaría perdido).
Me dicen: «¡Come y bebe! ¡Goza de lo que tienes!»
Pero ¿cómo puedo comer y beber
si al hambriento le quito lo que como
y mi vaso de agua le hace falta al sediento?
Y, sin embargo, como y bebo.
Me gustaría ser sabio también.
Los viejos libros explican la sabiduría:
apartarse de las luchas del mundo y transcurrir
sin inquietudes nuestro breve tiempo.
Librarse de la violencia,
dar bien por mal,
no satisfacer los deseos y hasta
olvidarlos: tal es la sabiduría.
Pero yo no puedo hacer nada de esto:
verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
2
Llegué a las ciudades en tiempos del desorden,
cuando el hambre reinaba.
Me mezclé entre los hombres en tiempos de rebeldía
y me rebelé con ellos.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.

Mi pan lo comí entre batalla y batalla.
Entre los asesinos dormí.
Hice el amor sin prestarle atención
y contemplé la naturaleza con impaciencia.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
En mis tiempos, las calles desembocaban en pantanos.
La palabra me traicionaba al verdugo.
Poco podía yo. Y los poderosos
se sentían más tranquilos, sin mí. Lo sabía.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
Escasas eran las fuerzas. La meta
estaba muy lejos aún.
Ya se podía ver claramente, aunque para mí
fuera casi inalcanzable.
Así pasé el tiempo
que me fue concedido en la tierra.
3
Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.
Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.

Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza
desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros
con indulgencia.
BERTOLT BRECHT