23 de febrero de 2013

POBREZA


es el hombre que tú nunca has visto quien
te mantiene alerta,
el que ha de venir
algún día.

él no se encuentra en las calles o
en los edificios o en los
estadios,
o si está allá
lo he pasado por alto de algún modo.

él no es uno de nuestros presidentes
u hombres de estado o actores.

me pregunto si se encuentra allí.

bajo las calles
paso delante de farmacias y hospitales y
teatros y cafés
y me pregunto si él se encuentra ahí.

he mirado casi durante medio siglo
y él no ha sido visto.

un hombre vivo, verdaderamente vivo,
digamos cuando desciende la mano
al encender un cigarrillo
ves sus ojos
como los ojos de un tigre mirando fijamente
al pasar en el viento.

pero cuando las manos bajan
es siempre los
otros ojos
los que están allá
siempre siempre.

y pronto será demasiado tarde para mí
y habré vivido una vida
con farmacias, gatos, sábanas, saliva,
periódicos, mujeres, puertas y otros surtidos,
pero en ninguna parte
un hombre vivo.


CHARLES BUKOWSKI

17 de febrero de 2013


TE EXTRAÑO

Es débil mi cansancio, mientras  mastico
el aburrimiento de palpitantes combates entre lo negro.
Escondido y confuso, hurto los secretos.
Me despeja tu aliento que roza mis labios,
 mis ojos y mi cuerpo entero cuando estás lejos.
Aparecen tus ansias y a mi destino le faltan aireadas pasiones.
Antiguos silencios,  aquietan imprecisos rumores melancólicos.
Nada es más bello que imaginarte a mi lado.
Soledad para un gemido perdido.
Un cuerpo helado,  una arcaica piel.
El final que extingue todos los silencios, hace que hable.
Te extraño.
 LUCIA SERRANO

11 de febrero de 2013

INTRODUCCION AL LIBRO "LA INEPTITUD DE LOS VAMPIROS"


Todo fue inevitable para quien amó con tanta pasión la deriva y
se perfeccionó en altamar para no oponerse al oleaje
embravecido, ni desear contrariar los vientos, ni  llorar por la
soledad del océano, ni tener presente el tiempo que detiene los
grandes sueños por amor al destiempo.
¿Quién arma las mareas que desafían los navegantes más
expertos? El mar ama desaforadamente su propia furia y brutal
en su desvarío, sólo pretende el movimiento que le propone el
viento.
Ruta que se va haciendo sola con sus propias huellas.
Tormentos de vivirlo todo, sin que esté permitido en esta tierra.
Cada maniobra en altamar tiene su sentido.
El poeta habita los imposibles y nostálgico vaga entre las
sombras, sediento por encontrar lo que ya no recuerda que
buscaba.
Olvidos que todo lo hacen general e incierto.
Los grandes navegantes temen al mar. La vida de un hombre
desesperado por a violencia a la que fue sometido, no tiene
medida por despertar las furias que enturbiaron una vez más su
cometido.
Un ser dotado para cualquier destreza, que sin embargo le tocó
estar quieto. Contrarió la natural violencia que tiene la naturaleza
y amó ese ritmo.
Es el lenguaje el que manda, él es Dios mismo.

LUCIA SERRANO

SIN MISTERIO



Habíamos agotado todas las costumbres
y ninguna palabra nombraba al tiempo nuevo.
El misterio eran los elogios que nosotros no imaginábamos poseer.
Sombras del imperio buscaban espacios mudos...
Luz de la muerte, sorpresa de la melancolía.
Ya no reconocía a los traidores, ni a los amigos,
suspendida en la ruta ausente de verdades, volvió a encontrarlos.
Les dijo adiós y no volvieron a verse.
Eran tibias mañanas,
temblores de una vida que estaba amenazada por lo que nunca ocurrió.
Nuestro amor eran arpegios que nunca habíamos escuchado.
La vida se diluía en las nadas de una letanía,
infierno en llamas.
Vergüenzas ausentes, enmascaradas,
Nadie nos dejaba salir del encierro.
La espera no dibujaba gestos amables.
El mundo enajenado por tanto poder, nos había dejado casi ciegos.
 LUCIA SERRANO

8 de febrero de 2013

BALADA DE LO QUE NO VUELVE


Venía hacia mí por la sonrisa
Por el camino de su gracia
Y cambiaba las horas del día
El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer
El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros
Las flores daban campanadas de alegría
Y mi corazón se ponía a perfumar enloquecido

Van andando los días a lo largo del año
¿En dónde estás?
Me crece la mirada
Se me alargan las manos
En vano la soledad abre sus puertas
Y el silencio se llena de tus pasos de antaño.
Me crece el corazón
Se me alargan los ojos
Y quisiera pedir otros ojos
Para ponerlos allí donde terminan los míos
¿En dónde estás ahora?
Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu
presencia
Me crece el corazón como una esponja
O como esos corales que van a formar islas.
Es inútil mirar los astros
O interrogar las piedras encanecidas
Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último
Y te saludará el primero a tu regreso
Eres substancia de lejanía
Y no hay remedio
Andan los días en tu busca
A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos
El tiempo canta dulcemente
Mientras la herida cierra los párpados para dormirse.
Me crece el corazón
Hasta romper sus horizontes
Hasta saltar por encima de los árboles
Y estrellarse en el cielo.
La noche sabe qué corazón tiene más amargura

Sigo las flores y me pierdo en el tiempo
De soledad en soledad
Sigo las olas y me pierdo en la noche
De soledad en soledad
Tú has escondido la luz en alguna parte
¿En donde?, ¿en dónde?
Andan los días en tu busca
Los días llagados coronados de espinas
Se caen se levantan
Y van goteando sangre.
Te buscan los caminos de la tierra
De soledad en soledad
Me crece terriblemente el corazón
Nada vuelve
Todo es otra cosa
Nada vuelve nada vuelve
Se van las flores y las hierbas
El perfume apenas llega como una campanada de otra
provincia
Vienen otras miradas y otras voces
Viene otra agua en el río
Vienen otras hojas de repente en el bosque
Todo es otra cosa
Nada vuelve
Se fueron los caminos
Se fueron los minutos y las horas
Se alejó el río para siempre
Como los cometas que tanto admiramos

Desbordará mi corazón sobre la tierra
Y el universo será mi corazón

VICENTE HUIDOBRO
Chile-1893
De “El cuaderno del olvido”
VICENTE HUIDOBRO
BALADA DE LO QUE NO VUELVE
Venía hacia mí por la sonrisa
Por el camino de su gracia
Y cambiaba las horas del día
El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer
El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros
Las flores daban campanadas de alegría
Y mi corazón se ponía a perfumar enloquecido

Van andando los días a lo largo del año
¿En dónde estás?
Me crece la mirada
Se me alargan las manos
En vano la soledad abre sus puertas
Y el silencio se llena de tus pasos de antaño.
Me crece el corazón
Se me alargan los ojos
Y quisiera pedir otros ojos
Para ponerlos allí donde terminan los míos
¿En dónde estás ahora?
Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu
   presencia
Me crece el corazón como una esponja
O como esos corales que van a formar islas.
Es inútil mirar los astros
O interrogar las piedras encanecidas
Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último
Y te saludará el primero a tu regreso
Eres substancia de lejanía
Y no hay remedio
Andan los días en tu busca
A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos
El tiempo canta dulcemente
Mientras la herida cierra los párpados para dormirse.
Me crece el corazón
Hasta romper sus horizontes
Hasta saltar por encima de los árboles
Y estrellarse en el cielo.
La noche sabe qué corazón tiene más amargura

Sigo las flores y me pierdo en el tiempo
De soledad en soledad
Sigo las olas y me pierdo en la noche
De soledad en soledad
Tú has escondido la luz en alguna parte
¿En donde?, ¿en dónde?
Andan los días en tu busca
Los días llagados coronados de espinas
Se caen se levantan
Y van goteando sangre.
Te buscan los caminos de la tierra
De soledad en soledad
Me crece terriblemente el corazón
Nada vuelve
Todo es otra cosa
Nada vuelve nada vuelve
Se van las flores y las hierbas
El perfume apenas llega como una campanada de otra
   provincia
Vienen otras miradas y otras voces
Viene otra agua en el río
Vienen otras hojas de repente en el bosque
Todo es otra cosa
Nada vuelve
Se fueron los caminos
Se fueron los minutos y las horas
Se alejó el río para siempre
Como los cometas que tanto admiramos

Desbordará mi corazón sobre la tierra
Y el universo será mi corazón

 VICENTE HUIDOBRO
Chile-1893
De “El cuaderno del olvido”

7 de febrero de 2013

ULTIMA PLAYA


                  

Rincón del mundo donde llegan
las tardes del último otoño
en que te conociera,
no hay goce en esta desolación
y tu figura retorna
como un cisne,
una visión deshecha.
Demonio o pesadilla,
premonición o espanto.
No estás en las arenas,
pero te acercan los recuerdos
y es ésta la última playa
donde nos encontramos
e hicimos el amor
apasionadamente.
Torpe locura de vanos intentos,
impresiciones detrás de los minutos
que aguardan verte llegar
otra vez a mis brazos,
quemando al corazón
en ese encuentro.
Parte el silencio,
las olas son todo
el espectáculo.
Van y vienen, tú no estás.
               Lucía Serrano

6 de febrero de 2013

UNA MUJER INOLVIDABLE



Era el primer beso,
                              la primera boca,
la blasfemia del sabio desbordada,
el esfuerzo posible hacia lo cierto.
Eran las piedras dejadas en el campo,
el sol más alto, foco de luz alumbrando,
rozando nuestros cabellos, un mediodía.
La memoria de las mejores fiestas,
navegaba en la sangre,
y encalló el corazón en aquel puerto,
¡todos fueron instantes eternos!

Contigo ha dado el mundo testimonio
del futuro, en esta ciudad caliente,
llena de amor,
                       que es nuestra vida.

Atardece, y siempre vuelve a mí
esa mujer inolvidable.
Sus cabellos volados por el viento,
su piel de arcángeles,
su delicadeza austera,
sin ornamentos artificiales.

Ella era mi sol,
mi noche completa,
mi cielo de cometas,
y el umbral feróz
de una muchedumbre en llamas,
que siempre corrió detrás
de nuestros pasos, para seguir
las sombras que nos ocultaban.

Ella era una mujer,
inolvidable dama de mis sueños,
zafiro enternecido entre mis manos.
Escritura plural,
                          Yo mismo.

LUCIA SERRANO

1 de febrero de 2013

LEGÓ LA NADA A NADIE

Es imposible amigo, capturar la libertad de vacilantes fan-
tasmas, que conservan un saber de la nada.
Dócil y fugitiva, recuerdo el último temblor, ambiguas cla-
ridades.
Los últimos desgarramientos, sacian evocaciones olvidadas.
Los errores soberbios, esta vez pactarán conmigo. He deci-
dido engañarlos transmitiendo desvíos, gestos rebeldes para
los mortales que se han ido.
Un desear de más, fue convocando excesos y escribí por
las noches locuras bestiales para la carne, vergüenzas pro-
pias del goce.
Prohibido entre nosotros lo privado, mecánicas formas
ocultaron la perfección de los cuerpos y no alcanzó ningún
deseo.
Detestábamos toda naturalidad y sin embargo, queríamos
verla danzar con sus galas en nuestro palacio.
En la orgía final que siempre llega, beberemos nuestros cere-
bros. Realizaremos sin saberlo, nuestro impecable plan mudo.
Intimismo poético de otras lenguas.

LUCIA SERRANO (del libro "BLUES PARA LA CORONA")

EL SUICIDA



No quedará en la noche una estrella.
No quedará la noche.
Moriré y conmigo la suma
del intolerable universo.
Borraré las pirámides, las medallas,
los continentes y las caras.
Borraré la acumulación del pasado.
Haré polvo la historia, polvo el polvo.
Estoy mirando el último poniente.
Oigo el último pájaro.
Lego la nada a nadie.
JORGE LUIS BORGES