29 de mayo de 2015

El cuento de las arenas

Un río, desde sus orígenes en lejanas montañas, después de pasar a través de toda clase y trazado de campiñas, al fin alcanzó las arenas del desierto. Del mismo modo que había sorteado todos los otros obstáculos, el río trató de atravesar este último, pero se dio cuenta de que sus aguas desaparecían en las arenas tan pronto llegaba a éstas.
Estaba convencido, no obstante, de que su destino era cruzar este desierto y sin embargo, no había manera. Entonces una recóndita voz, que venía desde el desierto mismo le susurró:
"El Viento cruza el desierto y así puede hacerlo el río"
El río objetó que se estaba estrellando contra las arenas y solamente conseguía ser absorbido, que el viento podía volar y ésa era la razón por la cual podía cruzar el desierto.
"Arrojándote con violencia como lo vienes haciendo no lograrás cruzarlo. Desaparecerás o te convertirás en un pantano. Debes permitir que el viento te lleve hacia tu destino"
-¿Pero cómo esto podrá suceder?
"Consintiendo en ser absorbido por el viento".
Esta idea no era aceptable para el río. Después de todo él nunca había sido absorbido antes. No quería perder su individualidad. "¿Y, una vez perdida ésta, cómo puede uno saber si podrá recuperarla alguna vez?" "El viento", dijeron las arenas, "cumple esa función. Eleva el agua, la transporta sobre el desierto y luego la deja caer. Cayendo como lluvia, el agua nuevamente se vuelve río"
-¿Cómo puedo saber que esto es verdad?
"Así es, y si tú no lo crees, no te volverás más que un pantano y aún eso tomaría muchos, pero muchos años; y un pantano, ciertamente no es la misma cosa que un río."
-¿Pero no puedo seguir siendo el mismo río que ahora soy?
"Tú no puedes en ningún caso permanecer así", continuó la voz. "Tu parte esencial es transportada y forma un río nuevamente. Eres llamado así, aún hoy, porque no sabes qué parte tuya es la esencial."
Cuando oyó esto, ciertos ecos comenzaron a resonar en los pensamientos del río. Vagamente, recordó un estado en el cual él, o una parte de él ¿cuál sería?, había sido transportado en los brazos del viento. También recordó --¿o le pareció?-- que eso era lo que realmente debía hacer, aún cuando no fuera lo más obvio. Y el río elevó sus vapores en los acogedores brazos del viento, que gentil y fácilmente lo llevó hacia arriba y a lo lejos, dejándolo caer suavemente tan pronto hubieron alcanzado la cima de una montaña, muchas pero muchas millas más lejos. Y porque había tenido sus dudas, el río pudo recordar y registrar más firmemente en su mente, los detalles de la experiencia. Reflexionó: "Sí, ahora conozco mi verdadera identidad". El río estaba aprendiendo pero las arenas susurraron: "Nosotras conocemos, porque vemos suceder esto día tras día, y porque nosotras las arenas, nos extendemos por todo el camino que va desde las orillas del río hasta la montaña"
Y es por eso que se dice que el camino en el cual el Río de la Vida ha de continuar su travesía está escrito en las Arenas.

Awad Afifi el Tunecino

28 de mayo de 2015

¿ASÌ QUE QUIERES SER ESCRITOR?


Si no te sale ardiendo de dentro,

a pesar de todo,
no lo hagas.
A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca
y de tus tripas,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
o clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.
Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.
Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.
Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.
Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.
Si estás intentando escribir
como cualquier otro,
olvídalo.
Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.
Si nunca sale rugiendo de ti,
haz otra cosa.
Si primero tienes que leerlo a tu esposa
o a tu novia o a tu novio
o a tus padres o a cualquiera,
no estás preparado.
No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.
Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.
A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.
A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas,
no lo hagas.
Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
o hasta que muera en ti.
No hay otro camino.
Y nunca lo hubo

CHARLES BUKOWSKI

"QUIÉREME ENTERA"

Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra...
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, verde y rubia,
y morena...
Quiéreme día,
quiéreme noche...

¡Y madrugada en la ventana abierta!...

Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda... O no me quieras!

DULCE M. LOYNAZ

LA CORTEZA DE LAS COSAS


Ibrahim Edhem reparaba un desgarrón en su abrigo, sentado a la orilla del mar. Pasó por allí el emir del país, que era un ferviente admirador de este sheij. El emir se puso a pensar:
"He aquí un príncipe que ha abandonado su reino. He aquí un rico que ha
abandonado sus bienes. Ahora sufre por su indigencia. ¡Era un sultán y ahora remienda su abrigo, como un pordiosero!"
Ibrahim Edhem había captado estos pensamientos y, de pronto, dejó caer
su aguja al mar. Después se puso a gritar:
"¡Oh, vosotros, peces! ¿Sabéis dónde se encuentra mi aguja?"
Al instante aparecieron millares de peces y cada uno de ellos tenía una
aguja de oro en su boca y le decían:
"¡Toma tu aguja, oh sheij!"
El sheij se volvió entonces hacia el emir y le dijo:
"¿Qué reino es el mejor? Esto no es sino un signo exterior. Perderías la
razón si conocieses la esencia de este reino.
De la viña sólo un racimo de uva llega a la ciudad, porque la viña no puede transportarse a ella.
¡Sobre todo si esta viña es el jardín del Amado!
Este universo no es más que una corteza."
Yalal Al Din Rumi

27 de mayo de 2015

Tormento del amor


Te amé, te amé, por tus ojos, tus labios, tu garganta, tu voz,
tu corazón encendido en violencia.
Te amé como a mi furia, mi destino furioso,
mi cerrazón sin alba, mi luna machacada.
              
Eras hermosa. Tenías ojos grandes. 
Palomas grandes, veloces garras, altas águilas potentísimas...
Tenías esa plenitud por un cielo rutilante
donde el fragor de los mundos no es un beso en tu boca.
              
Pero te amé como la luna ama la sangre,
como la luna busca la sangre de las venas,
como la luna suplanta a la sangre y recorre furiosa
las venas encendidas de amarillas pasiones.
              
No sé lo que es la muerte, si se besa la boca.
No sé lo que es morir. Yo no muero. Yo canto.
Canto muerto y podrido como un hueso brillante,
radiante ante la luna como un cristal purísimo.
              
Canto como la carne, como la dura piedra.
Canto tus dientes feroces sin palabras.
Canto su sola sombra, su tristísima sombra
sobre la dulce tierra donde un césped se amansa.
              
Nadie llora. No mires este rostro
donde las lágrimas no viven, no respiran.
No mires esta piedra, esta llama de hierro,
este cuerpo que resuena como una torre metálica.
              
Tenías cabellera, dulces rizos, miradas y mejillas.
Tenías brazos, y no ríos sin límite.
Tenías tu forma, tu frontera preciosa, tu dulce margen
de carne estremecida.
Era tu corazón como alada bandera.
              
¡Pero tu sangre no, tu vida no, tu maldad no!
¿Quién soy yo que suplica a la luna mi muerte?
¿Quién soy yo que resiste los vientos, que siente las
heridas de sus frenéticos cuchillos,
que le mojen su dibujo de mármol
como una dura estatua ensangrentada por la tormenta?
              
¿Quién soy yo que no escucho entre los truenos,
ni mi brazo de hueso con signo de relámpago,
ni la lluvia sangrienta que tiñe la yerba que ha nacido
entre mis pies mordidos por un río de dientes?
              
¿Quién soy, quién eres, quién te sabe?
¿A quién amo, oh tú, hermosa mortal,
amante reluciente, pecho radiante;
¿a quién o a quién amo, a qué sombra, a qué carne,
a qué podridos huesos que como flores me embriagan?

Vicente Aleixandre

25 de mayo de 2015

COMO LA MISMA PASIÓN - LUCIA SERRANO

Este libro de Lucía Serrano, ha ganado en 1999 el primer premio en un concurso organizado por SADE (Sociedad Argentina de Escritores) para ser publicado en su sello editorial en el 2000, mas luego frente a la muerte de quien era su presidente PAZ, el libro quedó inédito hasta hoy.

COMO LA MISMA PASIÓN - BS.AS. 1995

está dedicado a Alejandra Pizarnik y luego unos versos de ella 

                                                                        
Memoria iluminada, galería donde
vaga la sombra de lo que espero.
No es verdad que vendrá.
No es verdad que no vendrá.
                                  A.P.

Ella no espera en si misma . Nada de sí misma. Demasiado ensimismada.
Solo vine a ver el jardín donde alguien moria por culpa de algo que no pasó o de alguien que no vino.
Ella es un interior.
Todo ha sido demasiado y ella se irá.
Y yo me iré.


Triste cuando deseo y cuando no. Triste cuando con un cuerpo y cuando no.
Triste cuando con tu sonrisa y cuando no.

                                                                         Alejandra Pizarnik - 1972

(antes de comenzar con el primer poema del libro en una página en blanco dice:

...TENGO BUENAS NOTICIAS: "TU REY HA MUERTO"

- el libro está dividido en tres partes, el primer poema:

VIERNES  ANDALUZ

Cedo mis derechos y evito preocuparme por cualquier mensaje externo.
Amor, pagaron por todas mis lágrimas, una suma exagerada diez minutos
antes de tu muerte.
Sumisa y sin libertad, acepto que también mueren los inmortales.
Cárcel donde ni el oro brilla.
Miedo frente al final mudo.
Vuelas recién nacido, tiempo donde nada sufre lo imposible.
Ya pasó amor el futuro entre nosotros.
Hoy, hasta el verso pierde valor.
Mis ansias se evaporaron en el aire tibio de la primavera.
Primitivas notas danzan a mi alrededor y detienen la partida de tu
cuerpo alado en mi mirada.
Todos los sueños fueron ciegos frente a tu muerte.
Este viernes, no iré a buscarte.
Mañana la humanidad entera será para el poeta, un atrevimiento andaluz.
A partir de ahí, nuestros encuentros estarán acordados y el lugar, será lejano.

(la segunda parte se llama ELLA Y EL)

III

El era un artista subestimado y sobreestimado.
La obsesión por igualar el feeling del blues, respondió a que buscaba desesperadamente algo que tocara su corazón.
Los amantes del blues, se cuentan entre los últimos exponentes del romanticismo.
El era un personaje habitante de los bajos fondos de cualquier ciudad, pero vivía
encandilado por el brillo ostentoso de la clase alta y sus aburridos pasatiempos.
Se movía con gran inseguridad y se incomodaba cuando se dirigían a él.
Trataba de no mirar a nadie a los ojos, como si cargara con la crueldad de todos sus relatos.
Odió a los profetas y sin embargo, en las noches, fracasado por no poder con su
voluntad, su deuda con Dios aumentaba desmesuradamente.
Nunca le interesó la tristeza de lo venido a menos.
Le preocupaba la resonancia de lo que estaba viviendo en esos momentos, que lo
llevaba a alcanzar el lado sórdido de las cosas, donde las riquezas del mundo
subterráneo que habitaba, eran un anclaje especial para el determinado mundo físico, donde sólo el blues, acompañaba a su propio universo, enigmático y oculto detrás de los vasos del alcohol, o el humo disminuido frente a la luz tenue del final.
Veía a todos los habitantes desesperados por triunfar, alcanzando hazañas que él
había descalificado y desterrado de los actos posibles de su vida.
Su grito radical, era inaudible.
Su imagen favorita, estaba amenazada por los malos tiempos por venir, ya que ellos no le prometían cambiar al personaje.
Las convenciones que nunca aceptó, lo llevaron a una depresión extrema, donde
pasaba encerrado en su habitación y no reconocía las diferencias entre la noche y
la mañana, la claridad y la oscuridad, lo bueno y lo malo, aquello que aprovechara
su taciturno talento.
El sonido que habitaba permanentemente en su corazón, poseía una estética, cuya profundidad difícil de interpretar, no tenía forma de canción.
Intimista frialdad de las mejores canciones del blues, intimista y bárbaro a la vez.
Las formas de reaccionar supuestamente improvisadas, detestaban la alienación
urbana y en el intento de encontrar la aristocracia del sonido propio, fue desesperante escuchar la acústica, vibraciones de un corazón, cansado de tantos éxitos en un mundo dormido.
Las telarañas del olvido no vendrían a salvarlo y teniendo que sobrevivir en una
sociedad donde lo mas importante era ganar dinero, amó las melodías deformes de una estética sensible y diplomática, que jamás consumiría.
Amar el blues, era amar la terquedad de todos los opuestos.
Su espíritu poco común, era difícil de insertar en un mundo vulgar, donde su furia
ya no tenía la altura que la provocara.
Ella tuvo la suerte y la desgracia de haber frenado su último error y sin embargo,
por los equivocados pasos del destino, él no tuvo más remedio que entregarse
y morir.
Ella le gritaba: ¡amor, no regresarán los exploradores promocionando tus leyendas, quédate a mi lado, disimula las quejas de tu inminente regreso!
Irreverencia de una tentativa audaz, creando una desilusión más, antes de
cualquier evento.
Su nuevo chiste fue patético, habiendo decidido ocultarse, quedó visible,
pero muerto.
Ella amó las posibilidades que tuvo de impedir un final tan triste, pero él,
ya tenía firmada el acta de defunción que no le permitiría acordar con ningún
bien y decidido, rechazó todo liderazgo.

(la tercera y última parte del libro se llama DESEO QUE VUELVAS )

DESEO  QUE  VUELVAS

Te fuiste amor muy lejos y ya no se como encontrarte.
El estado de un corazón alterado, anhela la vigilia y el insomnio ardiente, lo hace vibrar apasionado.
En tanta libertad, lo abierto del espacio extrema mi nostalgia.
Es el rumor acechante de la oscuridad, el que sostiene la fortaleza de una unión impecable.
Construyo palabras nuevas en los desiertos de mi mente y otros alfabetos destellan sus formas, para que yo aprenda lenguajes nuevos.
En la memoria que me convoca desaparecen los temores y te evoco a mí lado nuevamente.
Deseo que vuelvas para planear contigo el más maravilloso de mis viajes.
Ya no tengo afecciones, sólo oraciones libres que no tocan mi angustia por tu pérdida.
Todo es el recuerdo colándose anterior entre mis versos.
El espíritu del poeta aumenta su deriva y hasta Dios se fue contigo para acompañar tu última travesía.
Se inquieta mi mente con los rezos y la luz vuelve, trasciende la muerte de tu cuerpo ya muerto.
Serena la atmósfera me deja darte un beso y halla la unión esencial,
en la pureza de ese amor que aunque esté ausente, será eterno.
Deseo que vuelvas a soñar conmigo los disparates extremos que siempre imaginábamos.
Nuestro amor seguirá reinando y yo seré tuya hasta el final de mis días.
Soñaré contigo todas las noches y no extrañaré tu cuerpo, porque él lo se, se fue mas alto que todos mis sueños.
Tu muerte se llevó las presencias de lo amado.
Amor, cuando acaricio tu ausencia, ya no necesito ni siquiera mi infancia.


LUCIA SERRANO

24 de mayo de 2015

“El poeta murió al amanecer”, Raúl González Tuñón

raul-gonzalez-tuñon

Sin un céntimo, tal como vino al mundo,
murió al fin, en la plaza, frente a la inquieta feria.
Velaron el cadáver del dulce vagabundo
dos musas, las esperanza y la miseria.
Fue un poeta completo de su vida y de su obra.
Escribió versos casi celestes, casi mágicos,
de invención verdadera,
y como hombre de su tiempo que era,
también ardientes cantos y poemas civiles
de esquinas y banderas.
Algunos, los más viejos, lo negaron de entrada.
Algunos, los más jóvenes, lo negaron después.
Hoy irán a su entierro cuatro buenos amigos,
los parroquianos del café,
los artistas del circo ambulante,
unos cuantos obreros,
un antiguo editor,
una hermosa mujer,
y mañana, mañana,
florecerá la tierra que caiga sobre él.
Deja muy pocas cosas, libros, un Heine, un Whitman,
un Quevedo, un Darío, un Rimbaud, un Baudelaire,
un Schiller, un Bertrand, un Bécquer, un Machado,
versos de un ser querido que se fue antes que él,
muchas cuentas impagas, un mapa, una veleta
y una antigua fragata dentro de una botella.
Los que le vieron dicen que murió como un niño.
Para él fue la muerte como el último asombro.
Tenía una estrella muerta sobre el pecho vencido,
y un pájaro en el hombro.

9 de mayo de 2015

León Felipe



COMO TÚ...




Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas 
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...


1 de mayo de 2015



Mulá Nasrudin consiguió trabajo de barquero.
Cierto día transportando a un erudito, el hombre le pregunta:
– ¿Conoce usted la gramática?
– No, en absoluto, responde Nasrudin.
– Bueno permítale decirle que ha perdido prácticamente la mitad de su vida – replica con desprecio el estudioso
Poco después, el viento empieza a soplar y la barca está a punto de ser tragada por las olas.
Justo antes de irse a píque, el Mulá pregunta a su pasajero:
– ¿Sabe usted nadar?
– ¡No! – contesta, aterrorizado, el erudito.
– Bueno, ¡permítame decirle que ha perdido usted toda su vida!

Feliz Jueves, amig@s !
No olviden ayudar a quien lo necesite invocando al buen Mushkil Gusha,