29 de marzo de 2009

YO AMOR DESISTO

Volver amor desde tan lejos y no encontrar tu voz en la llegada?
Volver para no ver lo que anhelábamos?
Volver detrás de mí para esperarte?
volver sin nunca haber partido después de la llegada?
Volver para que armemos juntos nuestro universo amado y aún
así, abandonado por corazones desesperados?
Volver por el arte de volver mismo?, no es para mí un plan
alucinado.
Yo entonces amor, entre tantos silencios desisto.

(del libro Mística del Caos de Lucía Serrano)

25 de marzo de 2009

MI SOLEDAD TE RECLAMA

Mi soledad te reclama como un rival invencible.
No tengamos miedo para encontrar lo amado.
Somos valientes desesperados
La angustia no aniquila esperanzas.
Canta lejano el canto de los amantes ausentes.
Enrojecido fuego, cambiando con el viento el oleaje de sus llamas.
Antiguos fantasmas contienen la verdad del espíritu inquieto, encerrada.
Aves de rapiña afirmando el mal, seguirán los pasos adelantados.
Todo será ganancia en nuestras manos abiertas.
Que nos desconozcan los extraños, podrían desear separarnos.

(del libro inédito de Lucía Serrano "Una leyenda de amor")

22 de marzo de 2009

CULTIVEMOS LA BRUMA

¡Oh duendes de la fría locura nocturna!, me desnudo ante
ustedes para tentar a los demonios que miran la tristeza en
los espejos.
Musa querida, presencia de fuertes ideas, opio divino para
los cazadores perdidos en carnavales juveniles, ven, te necesi-
to cerca.
Son sílabas antiguas, las que transmitieron a mi sangre el eco
de los laberintos.
Un amor en libertad, es lo único que todavía me exalta.
Los misterios, iluminan la dignidad de un corazón repitien-
do desvíos, a todo lo que ofrece entre sus pasos, posibles sollo-
zos de una sangre cristiana que ama el sacrificio.
Es la inercia de planes no deseados, con hombres que sin
sueños viven entre sombras y viven muertos.
Yo, poseyendo una nave que tiene instrumentos de precisión
y viaja por todas las alturas donde soplan vientos libres, les
hablo de las diferencias.
Ellos sonríen frente al desconocimiento y yo contesto, de no
ser posible, entonces más música, más ruido, más nada.
Cultivemos la bruma, tal vez allí esté la libertad de un hombre.

(del libro "Mística del Caos" de Lucía Serrano)

19 de marzo de 2009

CANSANCIO METAFISICO

La idea de progreso, disuelve toda lucidèz,
y construye imposibles,
formas de un quietismo arcàico.
Erróneo serìa minimizar los pactos,
ceder a las fatigas,
desconocer al dios oculto de la tribu,
avanzar sin padre entre turbulencias,
abandonar obstáculos
y desear apreciar por sobre todo, las bellezas.
Es infernal este cansancio metafìsico,
de todas las violencias màs supremas,
habituadas a la desesperación del anarquismo
y retiramos a los voluntarios que llegarian al final sin ser vistos
Mas universales que ciertos, decidimos vivir
en el inoperante mundo de los griegos,
y no retroceder frente a la idea de progreso,
seguir, seguir viviendo.
Ser uno mas para la antigua alianza
de los que no pudieron excitarse apestados
por el optimismo y el cansancio metafìsico
que tienen los genios muertos
Un gusto por la destrucción,
nos llevó a un callejón sin salida
y ahì concertamos avanzar,
demoliendo uno a uno todos los imposibles,
minimizando los errores que tuvimos,
concertando en todo exilio ceremonias,
dominando halagar las formas liberadas
y sentir la belleza utòpica en si misma.
Mitologìa de la demolición,
una obra futura, dedicadas huellas
apestadas de nostalgia.
Indiferentes y superficiales tropiezos
con la última palabra,
destinada a ceder en las batallas,
resumiendo la fòrmula de los imposibles.
Hipócrita inquietud del sì mismo
humanizada moral,
absurda fe, ética de los defectos.
Satisfacción de una vanidad repulsiva,
abanderando la tradición, ideal del juego.
Subterrànea luz entre tinieblas.

Lucía Serrano

18 de marzo de 2009

poema de Lucía Serrano

ADIOS TRISTEZA

Adiós
tristeza,
geografía
salvaje
a punto
de naufragar.

Estaban en prisión
todas las orillas.

9 de marzo de 2009

UNA MUJER CON SOMBRERO

Ella no está interesada en los reflejos ambarinos de opacos ojos
extrañando el alba.
Ella no quiere saber nada del antes, ni del después.
Ella no arriesga su iluminada voz por silencios estériles.
Ella sabe que es bastante llegar al mediodía escondida, pero
reconoce haber amado todas las fiestas de disfraces, donde se
dejó vivir lánguida, sin quitarse el sombrero, sin caer frente a
cualquier mirada.
El tiempo roto por los infortunios, persigue la alegría de una
mujer con sombrero, en las tormentas libres del aire que no
pasa.
Una mujer con sombrero, no ama los abismos por los que el
hombre cae.
Prefiere fiestas de gala, para que todos vean la belleza de su
sombrero.
No quiere sombras, porque allí no hay nadie para ver su
sombrero.
Ama las multitudes, que aunque no la vean, estallarían de amor
en el encuentro con un ser alucinado, oculto debajo de la
textura de su sombrero.
Una mujer con sombrero, no detecta ni luces ni sombras, ni
mujeres, ni hombres, sólo quiere espejos donde poder verse
girando con su sombrero.
Inalcanzable dama, que no recuerda tiempos anteriores y no
tiene esperanzas.

(del libro de Lucía Serrano "La Ineptitud de los Vampiros")

5 de marzo de 2009

ELLA Y EL

II

El era un caminante furioso, interesado en viejas tradiciones, que contaban marinos viciosos por el desamparo.
Le interesaban las águilas del desierto que intercambiaban señales en el cielo, y la
frialdad de los enanos crueles que nada alcanzaban.
La mirada indecisa, imitaba las leyes que dominaban el dolor de los vagabundos.
Una criatura loca que conoció el amor demasiado tarde.
Soñó con ella todas las noches, hasta que su mente enferma por tanta crueldad,
despreció los halagos de su amada.
Grotesco era contarle a ella, que todo príncipe, tarde o temprano, se convierte en
esqueleto corrompido por la impotencia.
El, desafió hasta al arco iris, imaginando ser capaz de inventar más colores en
sus rayas.
Como un mago amado y venerado por ella, le dedicó sus últimas palabras, las letras de un poeta impecable, su humildad perfecta enaltecida de somnolencias.
Bajo el límpido cielo, unos días antes de morir, le juró amor eterno.
Ella escuchó.

(del libro inédito de Lucía Serrano "Como la misma pasión")

4 de marzo de 2009

MILLONARIOS CON LA POESIA

ELLA Y EL

(del libro inédito de Lucía Serrano "Como la misma pasión")

I

Ella esparcía por el aire de las ocasiones, la confianza en la musa que
habita la locura.
Poseía un oído resonante y un corazón sospechoso, llegó a asustar
hasta a los locos.
Como un guerrero silencioso que no amaba la corrupción en la que vivían
los hombres de este mundo, aparecía para quitarles la aparente calma y
estabilidad.
Sabiendo de lo eterno, inspiraba eternidad a los que son eternos y corrupción a los corruptibles.
La ebriedad de su alma, le hizo imposible desconocer vulgares ignorancias.
El amor exaltaba las horas de su vida y temblaba frente a tanta presencia
inmaculada.
Investigaba lo natural y bello.
El, vivía una vida exaltada por los orígenes que desconocía.
Ningún mortal lo seducía.
La visión de las cimas, daba malditas indicaciones a su lengua.
El tiempo inagotable en el que vivía, no estaba privado de ninguna fuerza.
Nadie lo conoció a él, sólo ella.
Eso dijo él, antes de morir.

2 de marzo de 2009

PREMIO

domingo 22 de febrero de 2009

PREMIO !!!!!
Hoy nos llega este hermoso premio,"ESTE BLOG ES UNA JOYA", de la mano de IVANA (http://arteenmi.blogspot.com/)
Me gustaría otorgarle este premio a las siguientes personas:

A Arya, de¸ http://esdealmas.blogspot.com/
A Claudia, de http://mujeresconstruyendo1.blogspot.com/
A Ybris, de http://nomequedo.blogspot.com/
A Verbo, de http://liriodelvalle.blogspot.com/
A Arantza, de http://arantza-flotandoenlosversos.blogspot.com/
A Marisa, de http://sonetosdelamoroscuro.blogspot.com/
A Lucía, de http://lasangrequefaltaba.blogspot.com/
Un abrazo a todos/as.J.Nailes.

ELLA Y EL

IV

El gastaba en orgías nocturnas, las últimas semillas en honor a sus fuerzas
y coronada de laureles la gloria final, la noche resplandece sin ser vista a sus ojos.
Como buen vagabundo que desconoce el final de sus pasos, su agotamiento le
genera cierta ligereza mundana y abandona placeres clandestinos.
Era un hombre bastante desconfiado, fue imposible librar cualquier batalla.
Sus adversarios que eran muchos, no temían a él, sino la presencia de ella
a su lado.
Ella no era un soldado, detestaba cualquier imposición que no fuese bien recibida
por sus horas y como un peregrino sediento, apostó a encontrar su anhelo.
El deseaba confundirla y entre sus ocios la amenazaba de todo.
Descontento demás por su existencia, temía que ella lo abandone, aunque en
verdad, él no podía tener esclavos agitados en sus orillas.
No quiso perder su última batalla, motivo por el cual no prosperó su indolencia.
Ella le recordaba que hasta el César perdió poder por no reconocer su apetito
más amable y sus voluntades fueron extirpadas en mitad de la tarea que anhelara.
En el infierno, toda venganza pierde poder.
Ella lo amaba tanto, que fue revelándole miles de secretos deliciosos, verdades
desconocidas por él y sin embargo aceptadas de inmediato.
Le gritaba frente a sus celos odiosos, ¡tonto!, el mundo entero tendrá fin sin tu
presencia!
El igual decidió morir.
Era imposible que ella algún día le perteneciera.
En el lenguaje pasional que generaban juntos, ella estuvo en desacuerdo hasta días antes de su muerte.
Se fue haciendo dócil y triste y el alma que lo habitaba se sentó a contemplar la
destrucción.
Su soberbia fue mas brutal que todo el sufrimiento y decidió sin fundamentos, que
cualquier testamento estaba apoyado como un bastón en la impotencia.
Entregó todas sus lágrimas a la corriente, pues la ceguera en la que habían
quedado sus ojos y la falta de virilidad de todos sus miembros, le hicieron dudar
de su bello cuerpo.
Ella no lo acompañó porque él le prohibió que lo siguiera en esa ruta.
No dejó que derramara una sola lágrima en su presencia.
Surcos del tiempo enamorado, disfrutaron de ser los herederos de aquél tesoro.
Toda ilusión se evaporaba en pensamientos mudos.
Los motivos de su dolor, no encontraron más cielo entre las sílabas y la paz del
espíritu temblaba por el amor perdido.
El espejo en el que se miraban, no les anunciaba que la muerte pondría fin a sus días.
El se hundió por no poder defender sus propias razones y le pidió a ella rechazar
bienes ilegítimos. Dijo: ¡amor de mi vida, ten cuidado de perseguir aquello que quisimos detener, no busques lo que rechazas!
¡No intentes introducirte rápidamente en el infierno!
Mi estado lamentable, hará de tu voluntad sólo lamentos.
Siembra en tu corazón la piedad y bésame una vez más antes de partir en esta noche.
La aspereza del genio trae con los años, desarreglos y tristezas.
Cualquier poder, solo servirá para perjudicarnos.
Ella se quedó dormida a su lado y antes del amanecer, se levantó y saludó a su amor por última vez.
Ya no alcanzarán rezos en estos tiempos ilegítimos confinados al derrumbe, que tanto habían previsto los extranjeros.
Su extravagante naturaleza no toleró el final.
El iba a morir irremediablemente.
Sin corazón lo besa y ese acto fue para siempre insoportable.
El mayordomo la acompañó hasta su auto, mientras él desde su sillón sollozaba
lentamente.
La puerta se cerró y ella partió para no volver.

(del libro inédito de Lucía Serrano "Como la misma pasión")

PREMIO

2009/2/21 Laura Gómez
Hola, Lucía.

Hay un premio para "La sangre que faltaba" en "Hortus Liber".

Tanto si publicas los premios, como si no, éste te lo mereces. Ha sido un placer encontrar tus versos.

Un abrazo,
Laura.