29 de agosto de 2013

UNA CERTEZA EXTRAÑA


Con tus tibias caricias en mi cuerpo, emprendo la marcha
esta mañana.
Camino mi vida recordando tiempos inmortales y sutil co-
mo un huésped en medio de la intemperie, observo el silencio.
Dejo los ojos abiertos, para no ver el mundo que sucede.
Ignorando todas las nostalgias, aumenta mi osadía, llegan-
do al interior de la mudez, indiferente y ajena para despistarla.
Este amor que te tengo, me desnuda el alma.
Quiero susurros de las noches amadas y signos para al-
canzarlas.
Suspendida cualquier sospecha, vuelvo a recordar que te amo
y como un guerrero en medio del desierto, espero sabiendo
que pasará la caravana.
Ya llegará el día donde todos soporten vernos juntos. Al-
cancemos la altanería de un amor perfecto, sin despedidas.
Si nos olvidamos no habrá oraciones que alcancen la calma.
Una certeza extraña que el amor posee, sin poder explicar-
la, supone que es posible y yo amo la ilusión que no tiene
amenazas.


LUCIA SERRANO (del libro “Blues para la Corona” 

27 de agosto de 2013

PACO URONDO


Cuando estuvimos desesperados, alguien 
contó la historia 
No se la puede escuchar serenamente, tiemblan 
las manos, el corazón se encoge de dolor; 
da un poco de miedo mirar a la gente, detenerse. 
Ocurre lo de siempre.
Estábamos perdidos y la historia era confusa. Nada
tenía que ver con la certeza, ni
con el muslo de la bataclana. No
intervinieron traiciones; no es
una vulgar historia de fervores o de mantenidas.

Tu mano es necesaria para sobrellevarla. También
aquella vez (siempre aquella vez) apagaron
las luces y fue necesaria la presencia de tu mano.

Nos apretamos las manos en la sala impenetrable, temblamos
ante la cólera que aún no se había manifestado, que nunca
llegaría a marcarnos como sospechábamos, sino
de otra manera. Nuestras manos
procuraban ordenar el temblor, dominar el doloroso pánico;
y todo porque Humphrey Bogart había resucitado.

Estábamos perdidos en aquel
cine y él no era como el redentor; su cruz
no era un mandato, era
la inteligencia del hombre, era la resurrección
de la ciencia y de nuestros queridos finados.

Hace mucho que nos pasó esto; la mano
fría del cadáver impenitente
rozaba los sueños,
acariciaba nuestros tiernos rostros despavoridos.

Desde aquella vez no sabemos qué hacer con las historias,
con los muertos que no aceptan su desdichada condición, no
sabemos qué hacer con el miedo; no sabemos
encontrar nuestras manos, nuestra
tristeza. El mundo inconsistente.

Hubo muchas anécdotas como ésta ¿Quién
no tiene cosas horribles que contar? ¿Quién no tiene
su historia? Pero nadie supo qué decir, nadie supo
qué hacer, cuando alguien contó la historia.

Seguramente al escucharla buscarás una mano; será
como antes, pero enseguida
intentará olvidar que estuvimos tristes o asustados.

Tampoco sabrás qué decir cuando se haga tarde; lo de siempre:
tendrás ganas de llorar, y nada más.

Nadie esperaba una historia como ésta, tan lamentable ¿Por qué
no llorar entonces? ¿Por qué no perderse en la
espesura de la sala?

Se derramará sobre tu memoria,
como el alcohol que se vuelca entre los nervios y la madrugada;
la historia sobrevolará tu linda cabecita,
será un cuervo que sacudirá tus entrañas corrompidas,
que despeinará cariñosamente tu pelo.
.......................................................
 26 de agosto de 1914, nacimiento de Julio Cortázar....

"...¿Quién estaba de vuelta de sí mismo, de la soledad absoluta que representa no contar siquiera con la compañía propia, tener que meterse en el cine o en el prostíbulo o en la casa de los amigos o en una profesión absorbente o en el matrimonio para estar por lo menos solo-entre-los-demás?... Así, paradójicamente, el colmo de la soledad conducía al colmo de gregarismo, a la gran ilusión de la compañía ajena, al hombre solo en la sala de los espejos y los ecos... Pero gentes como él y tantos otros, que se aceptaban a sí mismos (o que se rechazaban pero conociéndose de cerca) entraban en la peor paradoja, la de estar quizá al borde de la otredad y no poder franquearlo...."
(Julio Cortázar - Rayuela - Cap.22)

26 de agosto de 2013

FIN DE FANTASÍA - CESARE PAVESE



(este es uno de los últimos poemas que Pavese escribió antes de suicidarse)

Este cuerpo no volverá a empezar de nuevo. Al tocar las
cuencas de sus ojos,
uno nota que un montón de tierra está más vivo,
ya que, incluso al alba, la tierra no hace sino guardar
silencio en su interior.
Pero un cadáver es un resto de demasiados despertares.

No tenemos más que esta virtud: comenzar
cada día la vida -ante la tierra,
bajo un cielo que calla-, esperando un despertar.
Se asombra alguien de que el alba implique tanto esfuerzo;
de despertar en despertar, una labor ha sido efectuada.
Pero vivimos solamente para darnos en un estremecimiento
al trabajo futuro y despertar, de una vez, la tierra.
Y alguna vez ocurre. Después vuelve a callar con nosotros.

Si al rozar aquel rostro la mano no estuviese insegura
-viva mano que siente la vida si toca-,
si de veras aquel frío no fuese otra cosa que el frío
de la tierra, en el alba que hiela la tierra,
tal vez eso sería un despertar y las cosas que callan
bajo el alba dirían todavía palabras. Pero tiembla
mi mano y entre todas las cosas se asemeja
a la mano inmóvil.
Otras veces, despertarse al alba
era un dolor seco, un jirón de luz,
pero era asimismo una liberación. La avara palabra
de la tierra era alegre, en un rápido instante,
y morir era todavía regresar a ella. Ahora, el cuerpo que
espera
es un resto de demasiados despertares y no regresa a la tierra.
Ni siquiera lo dicen los labios endurecidos.

24 de agosto de 2013

DYLAN THOMAS

Y LA MUERTE NO TENDRÁ DOMINIO

Y la muerte no tendrá dominio.
Los muertos desnudos serán uno
con el hombre en el viento y la luna del oeste;
cuando sus huesos queden limpios y los huesos limpios se consuman,
en codo y pie tendrán estrellas;
aunque estén locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar volverán a levantarse,
aunque se pierdan los amantes, no se perderá el amor,
y la muerte no tendrá dominio.

Y la muerte no tendrá dominio.
Los que yacen hace tiempo en los recodos bajo el mar
no morirán allí enredados;
retorcidos en el potro cuando sus fibras cedan,
atados a una rueda de tortura, aún así no serán despedazados;
la fe, en sus manos, se partirá en dos
y los males unicornes les pasarán de largo;
Cuando todos los cabos estén rotos, ellos no crujirán;
y la muerte no tendrá dominio.

Y la muerte no tendrá dominio.
No pueden gritar más en sus oídos las gaviotas
o romper ruidosamente las olas en la plalya;
donde surgió una flor, otra no podrá
levantar su cabeza a los golpes de la lluvia;
aunque estos personajes estén locos y muertos como clavos,
irrumpirán al sol hasta que el sol se hunda,
y la muerte no tendrá dominio.

JUAN L.ORTIZ

FUI AL RÍO...

Fui al río, y lo sentía
cerca de mí, enfrente de mí.
Las ramas tenían voces
que no llegaban hasta mí.
La corriente decía
cosas que no entendía.
Me angustiaba casi.
Quería comprenderlo,
sentir qué decía el cielo vago y pálido en él
con sus primeras sílabas alargadas,
pero no podía.

Regresaba
-¿Era yo el que regresaba?-
en la angustia vaga
de sentirme solo entre las cosas últimas y secretas.
De pronto sentí el río en mí,
corría en mí
con sus orillas trémulas de señas,
con sus hondos reflejos apenas estrellados.
Corría el río en mí con sus ramajes.
Era yo un río en el anochecer,
y suspiraban en mí los árboles,
y el sendero y las hierbas se apagaban en mí.
Me atravesaba un río, me atravesaba un río!

CÉSAR VALLEJO (Perú 1892 - Paris 1938)

LOS HERALDOS NEGROS




Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!

JORGE TEILLIER (CHILE 1935-1996)

OTOÑO SECRETO

Cuando las amadas palabras cotidianas
pierden su sentido
y no se puede nombrar ni el pan,
ni el agua, ni la ventana,
y la tristeza ha sido un anillo perdido bajo nieve,
y el recuerdo una falsa esperanza de mendigo,
y ha sido falso todo diálogo que no sea
con nuestra desolada imagen,
aún se miran las destrozadas estampas
en el libro del hermano menor,
es bueno saludar los platos y el mantel puestos sobre la mesa,
y ver que en el viejo armario conservan su alegría
el licor de guindas que preparó la abuela
y las manzanas puestas a guardar.
Cuando la forma de los árboles
ya no es sino el leve recuerdo de su forma,
una mentira inventada por la turbia
memoria del otoño,
y los días tienen la confusión
del desván a donde nadie sube
y la cruel blancura de la eternidad
hace que la luz huya de sí misma,
algo nos recuerda la verdad
que amamos antes de conocer:
las ramas se quiebran levemente,
el palomar se llena de aleteos,
el granero sueña otra vez con el sol,
encendemos para la fiesta
los pálidos candelabros del salón polvoriento
y el silencio nos revela el secreto
que no queríamos escuchar.

El Golem


Si (como el griego afirma en el Cratilo)
El nombre es arquetipo de la cosa,
En las letras de rosa está la rosa
Y todo el Nilo en la palabra Nilo.

Y, hecho de consonantes y vocales,
Habrá un terrible Nombre, que la esencia
Cifre de Dios y que la Omnipotencia
Guarde en letras y sílabas cabales.

Adán y las estrellas lo supieron
En el jardín. La herrumbre del pecado
(Dicen los cabalistas) lo ha borrado
Y las generaciones lo perdieron:

Los artificios y el candor del hombre
No tienen fin. Sabemos que hubo un día
En que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
En las vigilias de la judería.

No a la manera de otras que una vaga
Sombra insinúan en la vaga historia,
Aún está verde y viva la memoria
De Judá León, que era rabino en Praga.

Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
Y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,

La Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
Sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
De las Letras, del Tiempo y del Espacio.

El simulacro alzó los soñolientos
Párpados y vio formas y colores
Que no entendió, perdidos en rumores
Y ensayó temerosos movimientos.

Gradualmente se vio (como nosotros)
Aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.

(El cabalista que ofició de numen
A la vasta criatura apodó Golem;
Estas verdades las refiere Scholem
En un docto lugar de su volumen.)

El rabí le explicaba el universo
"Esto es mi pie; esto el tuyo; esto la soga."
Y logró, al cabo de años, que el perverso
Barriera bien o mal la sinagoga.

Tal vez hubo un error en la grafía
O en la articulación del Sacro Nombre;
A pesar de tan alta hechicería,
No aprendió a hablar el aprendiz de hombre.

Sus ojos, menos de hombre que de perro
Y harto menos de perro que de cosa,
Seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.

Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
Ya que a su paso el gato del rabino
Se escondía. (Ese gato no está en Scholem
Pero, a través del tiempo, lo adivino.)

Elevando a su Dios manos filiales,
Las devociones de su Dios copiaba
O, estúpido y sonriente, se ahuecaba
En cóncavas zalemas orientales.

El rabí lo miraba con ternura
Y con algún horror. ¿Cómo (se dijo)
Pude engendrar este penoso hijo
Y la inacción dejé, que es la cordura?

¿Por qué di en agregar a la infinita
Serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
Madeja que en lo eterno se devana,
Di otra causa, otro efecto y otra cuita?

En la hora de angustia y de luz vaga,
En su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?


Jorge Luis Borges
(1958)

21 de agosto de 2013

RUMI


Baila, como si nadie te estuviera mirando,
Ama, como si nunca te hubieran herido,
Canta, como si nadie te hubiera oído,
Trabaja, como si no necesitases dinero,
Vive, como si el cielo estuviese en la tierra.

¡Ven, ven, quienquiera que seas, ven!
Infiel, religioso o pagano, poco importa.
¡Nuestra caravana no es la de la desilusión!
¡Nuestra caravana es la de la esperanza!
¡Ven, aunque hayas roto mil veces tus promesas!
¡Ven, a pesar de todo, ven!

Hoy, como cualquier otro día, nos despertamos vacíos y asustados.
No abras la puerta del estudio y empieces a leer
Toma un instrumento musical.
Deja que la belleza de lo que amamos sea lo que hacemos.
Hay cientos de formas de arrodillarse y besar el suelo.
..........................
Un momento de felicidad,
tú y yo sentados en la baranda,
aparentemente dos, pero uno en alma, tú y yo.
sentimos el Agua de Vida que fluye aquí,
tú y yo, con la belleza del jardín
y el canto de las aves.
Las estrellas nos mirarán,
y les mostraremos
lo que es ser una fina luna creciente.
Tú y yo fuera de nosotros mismos, estaremos juntos,
indiferentes a conjeturas inútiles, tú y yo.
Los papagayos del paraíso harán el azúcar crujir
mientras reímos juntos tú yo.
de una forma en este mundo,
y de otra en una dulce tierra sin tiempo.

19 de agosto de 2013

HOMENAJE A FEDERICO GARCÍA LORCA


EL CRIMEN FUE EN GRANADA

I
EL CRIMEN
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aun con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no oso mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-
...Que fue en Granada el crimen
sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada...
II
EL POETA Y LA MUERTE
Se le vio caminar solo con Ella
sin miedo a su guadaña.
-Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque- yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
"Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
que bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!"
III
Se le vio caminar..
Labrad, amigos,
de piedra y sueño, en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

ANTONIO MACHADO


NUESTRO HOMENAJE EN EL ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO

Nace el 5 de junio de 1898, en Fuente Vaqueros, Granada, España. Muere el 19 de agosto de 1936, en Granada, España.

Poeta, dramaturgo y prosista español, integrante de la Generación del 27 y el escritor más popular e influyente de la literatura española del siglo XX.

En la poesía de Federico García Lorca se alían de manera maravillosa todos los elementos de la poesía y del alma de los españoles. Es el poeta de la imagen fresca y original, de la sugerencia, del verso musical y lleno de calidez y luces interiores.

Algunas de sus célebres frases:
* La poesía no quiere adeptos,quiere amantes.

* Pero el dos no ha sido nunca un número porque es una angustia y su sombra.

* Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir.

* Desechad tristezas y melancolías. La vida es amable, tiene pocos días y tan sólo ahora la hemos de gozar.

¿SERÁS, AMOR?


¿Serás, amor
un largo adiós que no se acaba?
Vivir, desde el principio, es separarse.
En el mismo encuentro
con la luz, con los labios,
el corazón percibe la congoja
de tener que estar ciego y sólo un día.
Amor es el retraso milagroso
de su término mismo:
es prolongar el hecho mágico
de que uno y uno sean dos, en contra
de la primer condena de la vida.
Con los besos,
con la pena y el pecho se conquistan,
en afanosas lides, entre gozos
parecidos a juegos,
días, tierras, espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está esperando,
hermana de la muerte o muerte misma.
Cada beso perfecto aparta el tiempo,
le echa hacia atrás, ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el lugar, ni en el hallazgo
tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo altísimo, temblando.
Y la separación no es el momento
cuando brazos, o voces,
se despiden con señas materiales.
Es de antes, de después.
Si se estrechan las manos, si se abraza,
nunca es para apartarse,
es porque el alma ciegamente siente
que la forma posible de estar juntos
es una despedida larga, clara
y que lo más seguro es el adiós.


PEDRO SALINAS









15 de agosto de 2013

VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS...


Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo-. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola sobre ti misma te inclinas
en el espejo. Oh querida esperanza,
también ese día sabremos nosotros
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como contemplar en el espejo
el resurgir de un rostro muerto,
como escuchar unos labios cerrados.
Mudos, descenderemos en el remolino. 


CESARE PAVESE
EL MEJOR

La soberbia de los idiotas, alaba la bondad de nuestras más
bajas pasiones.
Desesperada, reclamo la presencia cruel. Exigencia brutal pa-
ra los monstruos que cubren los cuerpos con todas las violen-
cias.
Nada hay al lado nuestro, todo lo llevamos nosotros muy a-
dentro.
Sin nada que hacer el tiempo siempre sobra.
Será imposible volver a tener, la vida de los pájaros que éra-
mos.
Volveremos a estar juntos, enamorados por las vibraciones de
lo abierto.
Con tu cuerpo presente en la mirada, mi cuerpo es arbitrario a
todos los recuerdos.
Fue imposible correr detrás de nadie, el que me acompaña-
ba, siempre era el mejor.

LUCIA SERRANO (del libro "Mística del Caos")

12 de agosto de 2013

RAUL GUSTAVO AGUIRRE

Raúl Gustavo Aguirre (1927-1983). Qué decir de este verdadero Maestro de la poesía argentina. De los “Poetas del corazón”, según yo mismo llamo a unos pocos que tengo como guías, él es el primero. Van unos poemas y una foto de dos de sus primeros libros.



La reina


Desde la playa de mi sexo
yo te saludo, reina
de la noche y del día.

Sin ti mis fuegos nada queman
Sin ti mis signos nada indican
Sin ti mis construcciones me ahogarían.

Yo te saludo, reina
de lo absurdo. Y te hablo
Y te amo y te asesino.


La noche rara

La noche rara es como una pesadilla: algo ocurre en alguna parte, alguien hace falta en alguna parte y no se siente sino eso, y nadie se mueve. La noche rara es temible, tal vez por causa de ese color azul que no hemos visto nunca, tal vez por causa de esa niña que tendría que toser pero ha callado.


La soledad o es ella

Ella abre sus brazos al horizonte
pero el mar es tan grande
que sólo una gaviota la atraviesa

ella abre sus brazos al mundo
abre sus brazos pero es tan grande el dolor
que sólo se acercan los niños

ella abre los brazos a la oscuridad
abre los brazos pero no viene nadie
y entonces el hombre que la habita fuma
y la hace toser.



Ya no te guardaré


Ya no te guardaré, se deshizo la música
donde me pareció que estabas.
Eran cristales rotos, o arena, no sé bien:
yo pisé y comprendí.

Comprendí con asombro que el tiempo se estiraba
desesperado y sin sentido
y que yo no era nadie
excepto el que te amó.

Eran cristales rotos, piedras o desventuras,
eran cuerpos enormes o cenizas, no sé.
Yo pisé y comprendí.



EL JUEGO INTERRUMPIDO


Después de todo no quería más que entretenerme dibujando palabras
mientras fumaba un cigarrillo
y bebía mi té
en ese breve y alto tiempo
en que cesan las órdenes.

Después de todo no era más que un descanso,
un ejercicio de relajamiento
antes de retornar al ring.

Y me encontré con que tenía colegas,
misiones específicas, enemigos, procesos,
deberes, biografías
y una carrera por seguir.

3 de agosto de 2013

TODOS LOS SUBURBIOS


Interrupciones orgullosas por cualquier ineficacia, brotaban en los espacios sucios de todos los suburbios donde yo habitaba.
No había allí el jardín de las rosas que deseaba, ni escaleras para hacer bajar a la tristeza, hasta transformarla.
Siempre era posible un crimen en los suburbios, su niebla, su poca luz, su gente ausente, intentando ver si los mata el odio de los desesperados.
Todos ellos necesitan sangre para alimentarse.
No había lamentos por la zona oscura y sucia donde cualquier humano estaba de paso.
De tanto no pertenecer, pensamos que estábamos muertos, pero en los suburbios casi no se notaba.
Pandillas de ladrones, asesinos, sexo desenfrenado con las mujeres que nunca descansan.
Fluyen los sentimientos más extraños, pero de eso no se habla y al final de tanto callar, adquirimos prejuicios y humillaciones que destruyen lo poco de alma que nos quedaba.
Lo que fue una aventura se hace destino, imposible de proyectarse hacia adelante y todo queda detenido.
No sabemos quién diseñó los suburbios.
Lo siniestro inventa rebeldes traicionados y al final nadie conquista laberintos donde las aventuras se multiplicaban.
Historias mitológicas hacen que sus hombres hablen de lo perdido, fracasando en todos los intentos de vivir y la jeringa acaba con su último suspiro.
Siempre fui testigo de los amigos que no podían gozar.
Al final todo se transformaba en una pesadilla convencional.
Incómodas historias, donde ya casi no había delito y los suburbios fracasaban en el intento de destruir a los visitantes.
El veneno con el que se alimentan les inventa casualidades y los fantasmas lo van rodeando hasta asfixiarlo.
Morir en los suburbios, es como seguir vivo.
Nadie cuenta cómo fue traicionado.
Un mundo de héroes falsos.

(del libro de Lucía Serrano "La Ineptitud de los Vampiros")
















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