Los cronopios echan de menos a su genial creador, el escritor argentino Julio Cortázar, de cuya muerte se cumplen hoy 25 años, y que sirvieron para alimentar el mito de quien ya es un ícono de la literatura latinoamericana.Cortázar trascendió de la mano de estas enigmáticas criaturas surgidas de su imaginación, que cobraron vida en un artículo publicado en la década de 1950 en el que se refirió al trompetista Louis Armstrong como "el enormísimo cronopio".
Nacido "por accidente" en Bruselas, Cortázar llegó con su familia a Argentina a los cuatro años y fue en su barrio de las afueras de Buenos Aires donde comenzó su pasión por las letras, el cine y la música. Pero a principios de los 50 cambió la brisa del Río de la Plata por los aires del Sena y se instaló en París, donde murió el 12 de febrero de 1984.
El escritor argentino Julio Cortázar partió hacia la eternidad desde París, ciudad en donde transcurrió buena parte de su vida y en la que jamás dejarán de recorrer algunos de sus personajes más famosos: la Maga, Horacio y Rocamadour.Vivas en el inconsciente de todo lector, las tres míticas figuras surgieron de Rayuela, en 1963, un libro que dio a Cortázar su primer y mayor éxito literario.
Los tres legendarios personajes no son los únicos íconos cortazianos leídos y releídos por generaciones, seguidos en su continuo pasear por las calles, plazas y puentes de la bella París.A esa urbe, de tan imprescindible descripción en sus obras, Cortázar la convertía en una protagonista más; como lo fue también de su propia vida, incluso antes de que él -un profesor argentino, futuro gran traductor, memorable poeta y autor de cuentos y relatos breves-, se instalase en ella, en 1951.
Llegó a París gracias a una beca de diez meses otorgada por el Gobierno francés, pero terminó viviendo en la Ciudad Luz cerca de 32 años; y éstos le dieron una pertenencia a ese país que le permitía sentirse argentino y al mismo tiem-po "muy francés, en muchos planos". París "me hizo escribir un libro, Rayuela, que es un poco la puesta en acción de una ciudad vista de manera mítica",
UN ESCRITOR, JULIO CORTAZAR, fue desde niño un adicto a los libros, a tal punto que en cierta ocasión un médico recomendó a su madre que leyera menos y tomara más el sol."Mis experiencias fueron siempre literarias. Vivía lo que leía, no vivía la vida. Leí millares de libros encerrado en una pensión. Descubrí a los demás sólo muy tarde", declaró Cortázar en los años ?70 al referirse a la manera que tenía de relacionarse con los contenidos de las obras.Quizás por ello la mayoría de sus trabajos fueron autobiográficos, en opinión de Graciela Maturo, escritora y experta en la obra de Cortázar. Ella asegura que el "cronopio mayor", como define a Cortázar, como todos los autores "contaba metafóricamente sus vivencias y procesos internos".
Hola Lucia, exelente recopilacion de la vida de UN GRANDE.
ResponderEliminarMe aportaste datos que desconocía de su biografia y sus maneras..
gracias.
Brindo por la poesia y por el trabajo futuro,
un abrazo.
Alejandra
Una vez vi a Cortazar caminando solo por Rivadavia y Nazca (estaría recorriendo su memoria de maestro en esos barrios). Nadie más lo reconoció a ese flaco muy alto de ojos separados...nadie le salió al encuentro..parecían sentirse cómodos con él barindándole ese silencio afectuoso del reconocimiento. El flaco era Buenos Aires y también "Paguís" (patria gutural por excelencia donde su dificultad de pronunciar las "eres" debe haber pasado inadvertida), porque hubo un tiempo menos bizarro en que Baires y Paris se imitaban mutuamente.
ResponderEliminarYo agradezco mucho haberte conocido y soy desde hoy tu lector, tu seguidor, tu admirador y amigo.
Abrazo fuerte, Lucía, y muchas gracias!
REL
Genial Cortazar.
ResponderEliminarUn maestro.
Soy una ferviente lectora de Julio Cortazar...el primer libro que leì de èl fue "Rayuela", como para no hacerme adicta, despùes "Historia de Cronopios...", "Las armas secretas", "el libro de manuel", bah, para que seuir, creo que todos los conocidos...
ResponderEliminarUn genio, cambiò totalmente el mundo literario.
Me encantò tu homenaje.
Besos eternos
Yo empecé a leer relatos con sus relatos, y me enamoré de cada una de sus frases. ¡Cortázar siempre!
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