14 de octubre de 2009

VIENTOS HURACANADOS

Me acerco al río más ancho del mundo y mientras diviso
lejana la tormenta, vientos huracanados del norte,
mezclan en apariencia todas mis ideas.
Viento de los locos te llaman, porque vas y vienes
en todas direcciones.
Levantas mis vestidos y sospecho la escena de amor contigo,
donde nacen hijos que vuelan hacia el cielo.
Miro a mi alrededor y veo las hojas caídas,
mueves de los árboles altos, la copa entera y hasta las
raíces deben sentir tus vibraciones.
Camino lentamente como si gozara verte danzar tu danza.
Mi cuerpo moviéndose por tu furia, estremece las ansias.
Como un huracán, tiras abajo lo más endeble, lo flojo,
lo que ya no sirve, y te alzas para seguir viajando.
No tienes ningún miedo.
Tu altivez hamaca mis sueños y no quiero verte partir.
Sería capaz de quedarme atada a esa intemperie.
Tierra tenaz donde sospechan los visitantes.
Geografía que das vuelta al vacío de las formas sobre la rivera.
Se alegran las aguas cuando te acercas, ciego, exacto,
soberbio sobre las superficies.
Vientos huracanados, siembras en mis alrededores tu explosiva
carga húmeda, tu niebla, tu oleaje implacable.
Mientras tanto, aguardo las voces que vendrán con la tormenta,
y negras alturas no te detendrán.
A todo lo llevas por delante viento, el humo de algún
pastizal recién prendido, se aviva con tu brisa,
y el paraíso es ese tiempo sin derrotas.
Con el último rayo de luz, celebro el crepitar de tu transparencia,
muevo mis cabellos con el aire que amontonas,
y quiero que termines esta danza macabra,
para volver a casa y mirar a lo lejos las distancias.
Ni siquiera recogí una palabra.
Sombras donde los pájaros ya no están.
Secretos del viento conversando conmigo en esta tarde gris,
para que los hombres levanten su cansancio.
Adonde llegarán las huellas lejanas de esta mía ciudad.
Hasta el río me pertenece cuando llegan los huracanados
vientos del norte sobre mi piel felina.
Una frescura de mar desciende empecinadamente
sobre el asfalto, arremolina lo muerto.
Esta noche, no existirá en el bosque, será toda del viento.
Algo despierta a mi lado los recuerdos, y es este aire de silencios,
leve caricia detenida.
Vuelve, que asombraremos al miedo de los débiles,
y alguna gaviota volará nuestro cielo.
Alborotado decir del balanceo, entras al corazón,
para devolverle al viento tus palabras,
sosteniendo el desamparo del aire fresco.
Vientos que hablan conmigo.
Vientos del silencio.
Vientos de luz.
Extraña terquedad de los huracanados vientos.
Hoy no levantaré las velas,
aguardaré en la amarra tus ensueños.

Lucía Serrano

7 comentarios:

  1. Lucia me has regalado imágenes bellas, dulces, tiernas e incluso tristes.
    Pero la calided del texto es lo que me llevo despacio y sin ninguna prisa en mi memoria, como la de tu pluma a fuego y muy lento.

    Es un verdadero placer

    Mis besos

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  2. Lucía, aunque no dejo tarjeta de visita, suelo pasar por tu blog a menudo. Gracias por estas "transfusiones" que compartes con nosotros. Como humilde compensación, he dejado un regalo para ti en mi blog.

    Un abrazo,

    Antonio

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  3. .. me gustó mucho la parte final y aquella de: "Vientos que hablan conmigo. Vientos del silencio. Vientos de luz"..

    .. saludos desde mis colinas solitarias..

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  4. ¡Hola Lucia!
    Potente escrito.
    Vientos de vida, y esperanza.

    Saludos de J.M. Ojeda

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  5. Por razones ajenas a mi voluntad, el blog Palabras sin Sabanas fue censurado, por lo cual les invito cordialmente a que me visiten en Sabanas con mis palabras. La nueva dirección del blog de poesía es :
    http://medianochedesnuda.blogspot.com/

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  6. Hermoso poema
    me hizo sentir su fuerza como un viento tierno y violento.
    Saludos

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