22 de enero de 2011

LA MUERTE NO FRACASA

Amor, voces de un canto inalcanzable, nos traerán amores
perfumados por la lluvia que no cesa.
Vientos nos elevarán en ráfagas doradas hasta llegar al cielo.
Amor, vuelve, resucita para mí.
La muerte no fracasa, no asfixia lo invisible, no se propone
para todos. Aturdida por su danza le grité: ¡llévame a mí
también!
El silencio es el único amante que confía en los infinitos hue-
cos muertos. Será inútil amarte desde mi propio cuerpo.
En todas las madrugadas, siempre nos faltaban lejanías de
una belleza insospechable.
Sabiendo que nosotros conocíamos de nuestra mirada los
abiertos que la convocaban, grité demasiado tarde: ¡no nos
miremos a los ojos amor!
Tu cuerpo muerto tirado en el suelo y yo sin poder parar las
emociones seguía gritando: ¡que no pasen los siglos ausentes
sin encontrarnos!
Muerto tu cuerpo muerto, sospeché en ese acto cruel, que
los actos no conocen la piedad que tienen las palabras.
Frágil y alborotada, no encuentro la belleza que vibraba en
mi cuerpo con tu presencia.
Loca, porque ya no será posible el poseerte, enamorada
de nada, le propongo la guerra al universo.
Ensordecida de tanto silencio, escándalos de las noches
vuelven a traer la melodía de nuestra canción.
Humana, busco en ese amor lejano, la música sacra capaz
de poseerte.
Mariposa quieta para el bestial frenesí del viento, nada
más nos preocupa cuando llega la muerte.
Recuerdo ahora la oscuridad que nos pertenecía, los últi-
mos movimientos de nuestros cuerpos amándose antes de
cualquier final.
Un amor que estallara inquietante y desaforado, encegue-
ciendo a la luz misma con nuestra presencia.
Espero que nada se rompa por las combinaciones que arman
las horas de la noche. Es la presencia de mi propio corazón
latiendo de más, lo que me propone encontrarte.
Apago las luces para dormirme y al no conseguirlo, vuelvo
sobre las palabras, que como pájaros vuelan alrededor de
mi.
Bordes de la nada, esperan ver crecer tanta libertad entre las
páginas blancas.
¡Amor, libérame del alba que siempre vuelve sin cuerpo, sin
nadie, sin ti!.

(del libro de Lucía Serrano “Mística del Caos” – Bs.As.1997

3 comentarios:

  1. Que triste...es mas que un grito..es la muerte entera lo que has descrito..un total caos
    Saludos..feliz domingo

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  2. no hay tristeza amiga, son letras, verdades que se cuelan en la vida del poeta, para que pueda hablarle al mundo, esa es la diferencia entre la Poesía y lo que a veces consideramos "versitos"

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  3. Verdades que se cuelan y que no siempre atrapamos a tiempo, entonces ya nunca verán la luz, pues vendrán similares, jamás iguales.

    Un gran saludo Lucía.

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