Ningún
gesto amable me hizo pensar que se trataba del amor.
Sin
sufrir los pasos detenidos, amé los máximos peligros y abandoné mis ansias por
lograr victorias.
Llegué
a pensar que no tenía corazón, ni alma, que era una muñeca
programada
para ser perfecta y admirada.
El
universo me ama y sin embargo no me alcanza para ser feliz.
¿Cómo
llegarás al horizonte, si te acostumbraste a vivir sin él y ya no lo extrañas?
Muñeca
caprichosa por su talento, ¿quién se animará a desafiarla amándola?
Nunca
fue tan genial como para ser esclavo de sus grandes ansias.
Vivió
cerca de los que no sabían amar y frente a los superficiales triunfos que no
necesitaba, se hizo rebelde para estar aislada.
Renunció
a los milagros del tiempo, calló.
Caprichoso
talento de una muñeca programada.
LUCIA SERRANO
La soledad como capricho es genial, lo malo es tener que aguantarla, aunque solo sea rebeldía...
ResponderEliminarbueno son así las cosas y no está mal, decía Fernando Pessoa "ser poeta no es una ambición mía, es mi manera de estar solo" y sin embargo bien sabemos que mientras se escribe el poeta está habitado por seres y mundos hasta desconocidos, es una soledad por demas acompañada, claro a su manera, besos
ResponderEliminarHola Lucía. Es cierto que cuando sentimos soledad plasmamos nuestro sentir en letras, como una forma de desahogarnos de todo lo que nos atormenta interiormente. Pero pienso que no es sano quedarse atrapado en ese mundo compartido con seres y mundos extraños, porque allá afuera hay todo un mundo por descubrir y disfrutar. Compartir el talento con aquellos que te rodean es maravilloso y más aún abrir las puertas del corazón para dar paso al amor, a la amistad, a la complicidad, a la compañía sincera y real, que va más allá de los versos escritos. Es un gusto leerte. Que tengas un muy buen día!!
ResponderEliminar