Los ruidos de la noche le saltaban al pecho,
y nadie conocía la ternura del otoño aquél,
donde el humo evaluaba,
la poca exactitud del recorrido.
El dolor de la tierra,
no escuchaba la voz de los búhos,
y en las arenas,
los palacios morían bajo el cielo.
Sombras inquietas, golpeaban aullidos
de hombres que alimentan
la furia en sus olvidos.
Eran noches sin hazañas,
la melancolía provocaba los malos recuerdos,
la aventura frente al espejo,
las últimas señales de la tristeza.
Caminos de humo,
acariciando el alto veneno
que trepaba insinuante
sobre las palmeras silvestres.
Lejanías para los encuentros,
fuerza silenciosa que instalaba
en medio de la noche, la tiniebla
desordenada de las palpitaciones ausentes.
Reproches, falta de un ojo
que no tuvo caminos para andar.
Misterios bajo los árboles altos,
de la isla donde vivo los sueños
que desaparecen
frente a la sed brutal de los astros.
Caminos,
Humos,
Noches,
Sueños….
(del libro inédito de Lucía Serrano:
"La Sangre que faltaba")
No hay comentarios:
Publicar un comentario
https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=2826493871469319904#postandcommentsettings