2 de abril de 2014

ARTHUR RIMBAUD - VIDAS





Vidas

I
¡Oh las enormes avenidas del país santo, las terrazas del templo!
¿Qué le ha pasado al brahmán que me explicó los Proverbios? ¡Desde entonces, desde allí, siego viendo hasta a las viejas! Me acuerdo de las olas de plata y de sol hacia los ríos, con la mano del campo en el hombro, y nuestras caricias de pie en las llanuras especiadas. - Un vuelo de palomos escarlata atruena en torno a mi pensamiento. - Exiliado aquí, tuve escenario en que interpretar las obras maestras dramáticas de todas las literaturas. Podría señalaros las riquezas inauditas. Observo la historia de los tesoros que vosotros encontrasteis. ¡Veo la continuación! Mi sabiduría se desdeña tanto como el caos. ¿Qué es mi nada, al lado del estupor que os espera?


II
Soy un inventor cuyos méritos difieren en mucho de los de todos aquellos que me precedieron; soy incluso un músico que ha encontrado algo así como la clave del amor. Ahora, gentilhombre de un campo agrio de cielo sobrio, trato de conmoverme con el recuerdo de la infancia mendicante, del aprendizaje o de la llegada en zuecos, de las polémicas, de las cinco o seis viudeces, y algunas juergas en que mi terquedad no me dejó subir al diapasón de los amigos. No echo de menos mi antigua porción de alegría divina: el aire sobrio de este agrio campo alimenta muy activamente mi atroz escepticismo. Pero como este escepticismo ya no se puede llevar a la práctica, y como, por otra parte, estoy consagrado a una zozobra nueva, - espero convertirme en un loco muy malo.


III
En un granero donde me encerraron a los doce años conocí el mundo, ilustré la comedia humana. En una bodega aprendí la Historia. En alguna fiesta nocturna en una ciudad del Norte, me tropecé con todas las mujeres de los antiguos pintores. En un viejo pasadizo de París me enseñaron las ciencias clásicas. En un magnífico alojamiento cercado por el Oriente entero llevé a cabo mi inmensa obra y transcurrió mi ilustre retiro. He fermentado mi sangre. Me dispensaron del deber. Ya no hace falta ni pensar en ello. Soy realmente de ultratumba, y no acepto encargos.

1 comentario:

  1. !Hola,Lucia!

    Un pasaje de una vida.Me hubiera gustado leer algo de el.
    Siempre encuentro algo en tu espacio que reúne lo que mi alma y mi mente necesitan para alimentarse.Muchos besos.

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