14 de abril de 2014

DOORS, EL HOMBRE QUE AMAS ODIAR

Duda amor, cabalga la serpiente dorada que iluminó nuestras cimas.
Pónte anillos de fuego y trepa a través de la marea devorando, las
conciencias humanas que aturden tu alma.
Todo está roto, baila, enciende el fuego de mis cosas favoritas.
Sé mi hermano vagabundo y tráeme champagne.
Al otro lado te aseguro amor, Dios es grande.
Elige el día del día, hasta tener tu propia visión en tan extraño
recorrido.
¡Enfrentemos a la muerte!
Flotan verdades en la brisa y sin embargo hoy, no recuerdo
haber nacido.
Abrázame fuerte, ellos quieren mi muerte cuando sospechan
que aún te amo.
Nunca más miraré a tus ojos y sin embargo siento funcionar
ese universo, sé como funciona.
Todas las miradas aceptan que en el silencio no existen las
trampas.
No sangres más caballo, galopa encima de todos los antifaces y
pónte la máscara adecuada.
¡Ven a buscarme!
Soy, un falso héroe, un dios poderoso islandés que vive en
América, un demonio en cuero blanco, un espía del amor.
Estamos en el borde de algo sagrado.
Conozco la palabra que quieres oir, conozco los sufrimientos
del éxito, la felicidad imprecisa, el ojo nocturno que reclama
urgencias.
Esta vez mi amor, deseo caer, en el escenario.

(del libro de Lucía Serrano “Blues para la Corona”)


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