Como no quiero descubrir la nada,
como me gusta el aire de esta escena,
ignoro si enmudece o si resuena
el corazón de tórtola cazada.
Como no admito golpe ni embajada
pues creo que la muerte nunca es buena,
la pobre que alimento casi cena
una tonta merienda, enamorada.
A veces conversando con el plomo:
arráncame -le digo- trapos viejos,
y volveré del vino este que tomo
en ceremonias con el no y el lejos;
terca en mi eternidad, porque soy como
ciega que se mira en sus espejos.
CARILDA OLIVER LABRA
Cuba-1924
De "Antología poética"
Hola, Lucía:
ResponderEliminarGracias por compartir tan bello soneto y darnos a conocer poesía de otros lares.
Abrazos.