Y amando lo perfecto,
llegué a la sospecha,
a la indiferencia,
al vacío,
al desencuentro.
Y ví,
el otro lado de la vida.
Desprecié las almas nobles,
el saber que no yerra,
la palabra certera,
el instante perfecto,
los gestos precisos.
Y así viví conmigo,
amando los silencios.
(del libro “BLUES PARA LA CORONA” de LUCIA SERRANO)
Llegar a esa indiferencia, a ese vacío, es como aprobar la selectividad. Sabemos el camino, matricularse en mismidades, pero acabamos estudiando la carrera equivocada. También.
ResponderEliminarAbrazos
SIIIIIIIII ....apruebo a ultranza la selectividad, besos amigo
EliminarUnas letras preciosas,
ResponderEliminarUn abrazo.
Un pensamiento muy correcto puesto en bellas palabras. Amar lo perfecto nos puede llevar a despreciar lo que nos rodea, empezando por nosotros mismos.
ResponderEliminarSaludos.
Próximamente, yo también publicaré un libro de poesías, el primero. Y me ha encantado encontrarme con este espacio tuyo para que podamos compartir experiencias y maneras de crear versos.
ResponderEliminarPor lo que voy a añadirte a mi blogroll para estar al tanto de tus novedades y leer lo que publiques.
Enhorabuena por tus logros. Un abrazo,
Abel Jara Romero
http://escritorsentimientos.blogspot.com
me ha dejado triste el poema
ResponderEliminarquien ama solo lo perfecto es triste
un blues que se cae
buena semana