8 de enero de 2009

prosa poética

NUESTRO AMOR NO TENDRIA RIVALES a mis hijos

Que algo sea difícil, debe ser un motivo más para desear hacerlo.
La vida siempre vuelve a sorprendernos.
Hay la plenitud interior que elige todos nuestros instantes.
Mi ser se propuso rebelde a los humanos, ejemplo de lo posible
para las pobres horas imposibles.
Alguien propuso en mí tremendo desafío que intento transmitirles.
Entre nosotros, las caídas encontraron demasiados obstáculos.
Los llevé a vivir cuando pequeños con la naturaleza en el campo,
porque ella es más feróz que cualquier hombre.
Con el tiempo, supe que nuestro amor no tendría rivales.
Crecimos con el poderío del viento, la impiedad de las tormentas,
el vuelo de los pájaros y las mañanas donde el gaucho acepta lo inevitable.
Nuestra vida fue algo difícil de insertar en el mundo.
Nos cuidaba el creador del universo, éramos indudablemente seres de su reino.
En ese silencio lo aprendimos todo.
Una alegría extraña, nos hizo transparente el alma para amarnos.
La esperanza es un halo sepia, embriagando nuestros sentidos.
Siempre hubo mañana en nuestros pasos.
El amor que nos tuvimos nos hizo sabios, y con ese saber vivimos.
(del libro de Lucía Serrano - Blues para la Corona)

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